Cataluña

El derecho a decidir

Juan Carlos Giménez-Salinas, Abogado

La actitud del Gobierno catalán, con su presidente Artur Mas al frente, está tomando una deriva que vale la pena analizar.

El señor Artur Mas alcanzó la presidencia de la Generalitat de Cataluña en minoría, pero era una minoría que le permitía gobernar. Su debilidad política se demostró al intentar negociar el denominado Pacto Fiscal que, corto de miras y errado, el Gobierno de Madrid le negó a rajatabla creyendo que ganaría la apuesta. El señor Mas, al encontrarse acorralado, promovió una campaña mediática y convocó a todas las fuerzas nacionalistas masivamente el 11 de septiembre. El éxito de la manifestación fue capitalizado por el president que convocó de inmediato elecciones anticipadas y las perdió estrepitosamente, dejandose por el camino un quince por ciento de sus diputados.

Mermadas de nuevo y con mayor estrepito sus fuerzas, decidió, con desespero, formar un gobierno en solitario apoyado solamente por los votos de los parlamentarios de ERC. Hemos de aclarar, por si alguien lo desconoce, que el partido del señor Mas, CiU, es un partido de centro derecha, sin ideología definida, catalanista y nacionalista pero que nunca ha sido independentista ya que su votante es conservador. Aclaremos también que ERC tiene una organización asamblearia y antropófaga que ha deglutido periódicamente a todos sus dirigentes y que, cuando ha gobernado, su actuar ha sido anárquico y partidista, con un único objetivo, la independencia de Cataluña.

Sigamos. El señor Mas, apoyado en su andadura de Gobierno por ERC, ha iniciado en serio el proceso para llegar a preguntar a los ciudadanos catalanes si quieren ser independientes o no. Téngase en cuenta que hasta la llegada de ERC sólo se solicitaba el derecho a decidir y no la independencia. Fue a raíz de la llegada de los republicanos cuando se plantea a las claras que no existe el derecho a decidir, que la decisión ya está tomada por el Govern y sus socios, que de lo que se trata es de preparar a todos los catalanes y preparar las instituciones para conseguir la independencia y gobernarla. Ya no se admite que los catalanes prefiramos mayoritariamente el no al sí. Si sale no, no vale. Solamente vale si sale sí.

El señor Mas no quería llegar hasta aquí. El señor Mas posee una responsabilidad de Estado, unos militantes moderados y unos socios, los de Unió, que no desean esta tesitura, que perciben que las cosas están yendo demasiado lejos y las tierras que pisan, se han convertido en movedizas. Pero el señor Mas tiene otros socios, los de ERC, sin ninguna responsabilidad de gobierno, que no le permiten modificar el rumbo.

Son estos socios, cuyo un único objetivo es la independencia, los que jamás retrocederán porque solo van a ganar, nunca a perder. Y el señor Mas, si no obedece a sus socios actuales, solamente podría apoyarse en el PP o en el PSOE y tampoco lo tendría fácil.

Muchos nos preguntamos qué puede hacer el señor Mas y que puede hacer Madrid para que el señor Mas pueda dar marcha atrás con dignidad. Es indudable que este asunto tiene salida, porque ambas partes lo desean y sus ciudadanos también. Una salida que no pasa por la independencia. Pero para ello debe existir una condición algo difícil y es que nuestro Presidente del Gobierno, el señor Marianao Rajoy, se desperece y empiece a dar palo y zanahoria al señor Mas, que lo está esperando, para poder salir airoso de este enojoso asunto en el que él solito se ha metido.

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