Caja España-Duero dio ayer uno de sus últimos pasos para su fusión con Unicaja. La asamblea general ratificó la decisión del Consejo de Administración de transferir todos los activos de la entidad a un banco.
Éste era uno de los requisitos fundamentales que la Caja castellana tenía que cumplir para conseguir los más de 450 millones de capitalización que exige el Banco de España.
Aunque una de las dos opciones era seguir en solitario con la nueva fórmula jurídica, la unión con la Caja que preside Braulio Medel es la opción que se da por definitiva. Ayer mismo, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que hace unos días reunió a los presidentes provinciales para garantizar que desde el PP se apoyaría la conversión en banco, volvió a insistir en que "estaremos detrás de los gestores de la Caja para que tomen las decisiones más ajustadas a su futuro" en referencia a la fusión.
Fuentes de la Caja han indicado que esta semana o la próxima a lo sumo se celebrará un consejo para dar el visto bueno a la integración, que deja a Unicaja en una posición claramente de dominio, al controlar hasta el 75 por ciento de la futura entidad.
La votación de ayer arrojó una abrumadora mayoría (98 por ciento) a favor de la conversión en banco, al que se tranferirán todos los activos de la Caja, con la excepción de la Obra Social. También se aprobó una posible entrada del FROB.
El valor neto contable del nuevo banco será de 1.515 millones de euros y su capital inicial, de 889 milllones repartido en acciones.
Unicaja quiere un peso del 70% en la fusión
