
La fusión entre Caja España-Duero y Unicaja entra en la recta final. Los equipos de las dos cajas redactan ya el contrato de integración de ambas entidades tras concluir la due diligence, la auditoría interna para conocerse.
Pese a los insistentes mensajes de las últimos semanas del presidente de la caja castellano y leonesa, Evaristo del Canto, sobre la posibilidad de que la entidad podría acometer en solitario su futuro, la hoja de ruta que ambas cajas trazaron en junio para integrase, estaba clara. Los avisos de Del Canto, que para algunos simplemente responderían a una especie de órdago para mejorar su posición negociadora o para insistir en la idea de que la fusión no sería por simple y pura necesidad sino por ser la mejor opción para fortalecerse en el nuevo escenario económico español, fueron pronto matizados por el consejero de Economía de Castilla y León, Tomás Villanueva, que volvió a dejar clara, en una entrevista realizada a Castilla y León Televisión, su preferencia por una fusión con la caja que preside Braulio Medel.
Los planes de fusión, por tanto, no sólo continúan sino que empiezan a ponerse negro sobre blanco, por los equipos de ambas cajas para que puedan ser una realidad este otoño. La consultora encargada de estudiar la situación real de las dos cajas, pese a haberse retrasado sobre el calendario inicial, ha concluido ya sus trabajos, por lo que sólo resta concretar la participación que las dos cajas tendrán en la futura sociedad. Aunque los detalles sobre cómo quedará no han trascendido los cálculos iniciales arrojaban un 65 por ciento a favor de la caja andaluza.
De cualquier manera, en el Ejecutivo regional siempre se ha insistido en que en el actual contexto no son decisorios estos porcentajes sino tener la oportunidad que representa para la caja castellano encontrar un socio fuerte que permita a la Comunidad disponer de un instrumento financiero adecuado para hacer fluir el ansiado crédito y afrontar los retos de la economía regional, que empieza a repuntar de la crisis.
En este sentido, los resultados obtenidos por Unicaja en los recientes test de estrés europeos, entre las cinco entidades españolas con más solvencia y la primera de las cajas, dejan a las claras que la opción que estudia desde hace meses la caja castellana fue un acierto.
Caja España-Duero ha superado también con un resultado aceptable estas pruebas de resistencia, lo que contribuye a reforzar su posición en la futura caja y a despejar dudas en Unicaja sobre la aventura que van a afrontar.
La dos cajas tenían previsto celebrar un consejo de administración el 21 de julio para dar su aprobación a esta fusión, aunque la cita puede retrasarse hasta principios de agosto. Será entonces, si las negociaciones que ultiman estos días no deparan sorpresas imprevistas, cuando la fusión se hará realidad, sólo a la espera de que sea ratificada en septiembre por las respectivas asambleas.