
Una de las grandes apuestas de la educación en España ha sido la introducción del bilingüismo (trilingüismo en Comunidades Autónomas con lengua propia) en todos los tramos de la educación. Como ejemplo, en la Comunidad de Madrid se espera que en el año 2015 la mitad de los colegios públicos y, al menos, un tercio de los institutos sean bilingües; pero el fenómeno se extiende a todas las Comunidades Autónomas y a todas las opciones de enseñanza: pública, concertada y privada.
El hecho de potenciar la enseñanza del idioma inglés responde a la intención de recuperar una asignatura suspendida durante mucho tiempo por el sistema educativo español y dotar a los alumnos de una herramienta de competitividad clave para su futuro. Para que este objetivo se cumpla, los programas bilingües deben tener en cuenta algunas claves:
-Profesorado preparado específicamente: al igual que la falta de materiales en inglés, la formación del profesorado es uno de los problemas con que se han encontrado los proyectos bilingües. Las escuelas de Magisterio han dado un paso adelante con el objetivo de exigir un nivel B2 o C1, en función de las Comunidades Autónomas, a sus diplomados. Aún así, el asesoramiento y la formación específica sobre cómo enseñar ciertas materias en inglés que ofrecen los agentes colaboradores (editoriales y organismos de evaluación, básicamente) son fundamentales para formar profesionales especializados en la enseñanza bilingüe.
-La evaluación externa del idioma se ha manifestado como una parte fundamental de los proyectos bilingües por tres motivos principales. El primero es el valor añadido que ofrecen a los mismos al permitir a sus alumnos y profesores obtener certificados ampliamente reconocidos por entidades de todo el mundo (como ejemplo, cabe decir que los certificados de Cambridge English, departamento de la Universidad de Cambridge, son aceptados por más de 2.000 entidades entre multinacionales, universidades y organismos públicos); el segundo, se refiere a la motivación en el aprendizaje del idioma ya que, al estar la evaluación integrada en el diseño del curso, la metodología y los materiales, los alumnos la viven como una manera de conseguir pequeños retos sin esfuerzo adicional; y, por último, y como ya se ha mencionado, el apoyo que el profesorado recibe incrementa sus competencias en la enseñanza del inglés y en inglés.
Cabe subrayar que la evaluación externa es un elemento fundamental en la implantación de cualquier programa bilingüe en la escuela, ya que permite valorar el desarrollo del aprendizaje sabiendo de qué nivel se parte y enfocando la enseñanza hacia el nivel que se desea alcanzar.
-Innovación pedagógica: introducir el inglés a edades tempranas significa cambiar los métodos educativos, tradicionalmente basados en la gramática y la ortografía, por otros en los que prima la expresión y la comprensión orales. En este sentido, los materiales, cada vez más apoyados en las nuevas tecnologías, también son materia de avance e investigación.
Como conclusión, la importancia de la educación bilingüe en España no solo no tiene marcha atrás, sino que se ha convertido en referencia internacional. Los retos y pasos a seguir para que este proyecto termine de implantarse con éxito son motivo de constante investigación en un proceso que sigue tan vivo como la que ya se considera lingua franca en el mundo: el inglés.