
El Banco Portugués de Inversiones (BPI), participado por la española Caixabank, anunció hoy un plan para rescindir 267 empleos (5% de la plantilla), la mayoría de ellos mediante jubilaciones anticipadas.
El presidente ejecutivo de la entidad, Fernando Ulrich, explicó que las jubilaciones anticipadas, a pesar de ser la forma "más cara" para el banco, son la más "amistosa de reducir efectivos" y calcula que su impacto se notará en las cuentas a partir enero del 2017.
En el final de junio del 2016, el BPI contaba con 5.846 trabajadores, 54 menos que en diciembre del 2015.
Hasta diciembre del 2016, se espera que sean 267 los empleados que abandonen la entidad para cerrar el año en los 5.578.
El BPI anunció hoy ganancias de 105,9 millones de euros en el primer semestre del 2016, un 39,1 % más que en el mismo periodo del 2015.
Un 20 % del beneficio neto en el primer semestre de este año procede de la actividad en Portugal (24,5 millones), mientras el grueso, el 80 %, viene de la actividad internacional (81,4 millones), sobre todo de Angola (79,1 millones), detalló el BPI en un comunicado a la Comisión del Mercado de Valores lusa (CMVM).
El BPI, el quinto mayor banco luso por volumen de activos, está participado en cerca de un 44 % por la española Caixabank, que está en vías de controlar por entero la entidad lusa con una opa.
Las acciones del BPI cerraron hoy con una caída del 0,27 % en la Bolsa de Lisboa, hasta los 1,111 euros por título, en línea con los 1,113 euros por acción que ofrece la opa de Caixabank.