Banca y finanzas

La banca cierra el grifo a las franquicias de DIA y obliga al grupo a su financiación

La falta de rentabilidad de las franquicias de DIA ha provocado que la banca les haya cerrado casi por completo el grifo de la financiación, obligando a la empresa a tener que darles crédito para mantener el ritmo de aperturas previsto. El problema se agrava porque, en los últimos años, las entidades financieras están ejecutando gran parte de los avales otorgados a los franquiciados para la apertura de establecimientos, lo que ha dejado a muchos de ellos en la ruina, según denuncia Asafras, la asociación que defiende sus intereses y que ha presentado una denuncia contra DIA ante Bruselas y otra a la CNMC.

Ésta última ha rechazado, sin embargo, la apertura de un expediente sancionador al no haber encontrado indicios suficientes de la existencia de una infracción.

El cerrojazo de los bancos se ve además agravado en este caso por la falta de crédito que hay ya de por sí para las pymes en general. "En los últimos años hemos concedido financiación para la apertura de varias tiendas y en todos los casos hemos tenido que ejecutar los avales, porque las tiendas no eran rentables. No vamos a financiar ninguna más", explica el director de una oficina bancaria, que prefiere mantener el anonimato, en una localidad próxima a Madrid. Y el problema de DIA es que no es un caso aislado.

"No es que digamos de entrada no, pero desde luego entendemos que es un negocio muy arriesgado y antes de dar un préstamo en este sentido nos lo pensamos dos veces. Hay clientes que facturaban entre 2 y 3 millones de euros al año con tan sólo una tienda y pese a ello han acabado arruinados", admiten en otra sucursal en la misma zona.

Mínima litigiosidad

Dia, que ha mantenido siempre que la litigiosidad por este asunto es prácticamente inexistente -su consejo delegado, Ricardo Currás, aseguró que estaba "muy tranquilo" al respecto- ha declinado hacer comentarios.

Cuando alguien decide montar una franquicia de Dia, además de la financiación para el local está obligado a firmar además un aval por la compra de mercancía, que la compañía puede ejecutar en cualquier momento si el franquiciado se salta cualquiera de los puntos pactados, como comprar productos a otra cadena o marcharse antes de un año con la competencia, según los contratos, a los que ha tenido acceso elEconomista.

El problema es que, según denuncian las franquicias, algunos de ellas, habrían sufrido también una ejecución de forma preventiva para impedir una fuga. Es lo que le habría ocurrido, por ejemplo, al presidente de Asafras, García Barva.

"En mi caso, cuanto más facturaba más perdía, porque debido a los cupones la empresa me obligaba a vender con pérdidas. Ante la falta de rentabilidad, llegamos a un acuerdo a tres bandas entre la compañía, mi entidad financiera, La Caixa, y yo mismo, que me permitía abrir una tienda de la competencia. Pero Dia se saltó el pacto y me acabó ejecutando el aval, por 12.000 euros", explica.

García Barba se encuentra así con deudas hasta 2037 para poder pagar no sólo el aval sino también la financiación que le concedió el banco para la apertura del establecimiento, que tuvo que acabar vendiendo. "Hay gente que está en una situación realmente desesperada, que se está quedando en la calle. Sabemos que ha habido incluso algún suicidio en Portugal al no poder afrontar las deudas", dice García Barba.

Son muchos los franquiciados que están denunciando prácticas parecidas, lo que provocó que el Gobierno instara a la CNMC a que abriera una investigación, que finalmente no ha prosperado. Los franquiciados insisten, sin embargo, en que para Dia cuánto más mercancía compren, mucho mejor, estableciéndose un mínimo al año por contrato. "Nos fijan unos precios máximos con el objetivo de que vendamos muy barato y tengamos que hacer muchos pedidos, aunque para nosotros eso sea la ruina al no tener márgenes de beneficio", dicen.

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