
Los candidatos para hacerse con Novagalicia aún no han comenzado a estudiar con detalle los números de la entidad. La subasta, que comenzó ayer de manera oficial, ha arrancado con algunos cambios significativos sobre las previsiones iniciales del Ministerio de Economía. El primero y más relevante es que no sólo los grupos bancarios reclaman algún tipo de ayuda o garantías sobre los activos dañados de la gallega, sino que los fondos también reclaman algún tipo de aval.
El fondo extranjero Guggenheim, el más interesado y favorito de la Xunta y el equipo gestor de Nogalicia, ha pedido en sus oferta preliminar un Esquema de Protección de Activos (EPA) para cubrir riesgos. En un principio no tenía previsto solicitarlo y así lo ha asegurado públicamente en alguna ocasión el presidente de la antigua caja, José María Castellano. La cuantía final dependerá del análisis en profundidad de los datos, hasta el próximo 13 de diciembre.
Este giro en su postura se debe a las constantes modificaciones y requerimientos impuestos por el Banco de España para poder adjudicarse el grupo financiero. El supervisor no sólo exige a los fondos que se hagan con el 100% del capital y que mantengan su inversión al menos cinco años, sino que tendrán que disponer de una extra de un 3% adicional sobre el capital de la entidad con el objetivo de garantizar su viabilidad futura. Es decir, unos 700 millones de euros más.
Malestar creciente
Los cambios constantes están generando malestar en otros candidatos, principalmente en el resto de fondos de inversión. De hecho varios de ellos participaron ayer en un reunión para fijar su posición y plantar cara al Frob. Quieren reglas claras e iguales para todos, por lo que no descartan abandonar el proceso de adjudicación. Han mostrado interés JC Flowers, Anchorage, Centerbridge y WL Ross, además de los bancos españoles Caixabank, Santander, BBVA y el venezolano Banesco.
Las ayudas o esquemas de protección han centrado el debate y las negociaciones entre las partes, al margen del reconocimiento de los créditos fiscales. Aunque Economía no tenía intención de poner sobre la mesa más dinero, empieza a abrir la puerta a que finalmente la adjudicación de Novagalicia requiera de nuevos recursos por parte del Estado. El secretario de Estado, Fernando Jiménez Latorre, señaló ayer que "no hay nada descartado".