Socio fundador de Nextep Finance
Opinión

A hora mismo estamos ante la típica situación en la que el escenario geopolítico tienta al inversor a vender o a no invertir, mientras que, en paralelo, el escenario bursátil resulta atractivo. El de Ucrania es un conflicto que lleva tiempo encapsulado y está descontado en los precios. Y el efecto inflacionista que supuso sancionar al mayor productor de materias primas y gas del mundo ha desaparecido, ya que Rusia ha conseguido saltarse casi todas las sanciones. Por el contrario, el conflicto entre Israel e Irán es reciente y de evolución más incierta. No supone el mismo riesgo que hace cinco o diez años (luego explicamos por qué), pero no deja de ser peligroso. Alguien podría decir que por qué no retirarse hasta que amaine, pero hay un problema: quien venda ahora podría perderse una subida bursátil importante.

Margaret Thatcher y Ronald Reagan coincidieron en el tiempo y tuvieron un enorme éxito económico. Sus países estaban dominados por el pesimismo, la intervención estatal, los altos impuestos, las regulaciones paralizantes y, como grandes consecuencias, el estancamiento y la recesión económica. La fórmula que aplicaron para salir del agujero fue muy simple: la libertad. Dejar libertad a la gente para que desarrollara su creatividad y sus deseos de progresar. No ver el deseo de hacerse rico como algo negativo, sino como una forma de crecimiento en la que los más capacitados tiraran del resto.

No es nada raro que en los mercados ocurra aquello que nadie espera. De hecho, las grandes subidas y bajadas son consecuencia de la sorpresa. Lo que espera todo el mundo ya está descontado en los precios. Por eso es interesante plantear escenarios alternativos. No se trata de darlos por buenos, sino de mantener la mente abierta. Quien está preparado para que ocurra lo que nadie piensa que vaya a ocurrir está en mejores condiciones de adaptarse rápidamente al nuevo, e inesperado, entorno. Y en los mercados, la rapidez importa.

Durante el primer mandato de Donald Trump escribí un artículo que se llamaba "Trump, paraíso del trader". Me llevó algún tiempo tomarle la medida, pero tras verle actuar y leída su autobiografía ("The art of the deal"), me quedó meridianamente claro cómo había que invertir en un "entorno Trump". Y ahora sería imperdonable para un gestor o asesor no haber aprendido la lección.

Si inviertes, inviertes. Si hablas de política, hablas de política. Lo que no se debe hacer es invertir en base a criterios políticos.

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