No es nada raro que en los mercados ocurra aquello que nadie espera. De hecho, las grandes subidas y bajadas son consecuencia de la sorpresa. Lo que espera todo el mundo ya está descontado en los precios. Por eso es interesante plantear escenarios alternativos. No se trata de darlos por buenos, sino de mantener la mente abierta. Quien está preparado para que ocurra lo que nadie piensa que vaya a ocurrir está en mejores condiciones de adaptarse rápidamente al nuevo, e inesperado, entorno. Y en los mercados, la rapidez importa.