Opinión
A hora mismo estamos ante la típica situación en la que el escenario geopolítico tienta al inversor a vender o a no invertir, mientras que, en paralelo, el escenario bursátil resulta atractivo. El de Ucrania es un conflicto que lleva tiempo encapsulado y está descontado en los precios. Y el efecto inflacionista que supuso sancionar al mayor productor de materias primas y gas del mundo ha desaparecido, ya que Rusia ha conseguido saltarse casi todas las sanciones. Por el contrario, el conflicto entre Israel e Irán es reciente y de evolución más incierta. No supone el mismo riesgo que hace cinco o diez años (luego explicamos por qué), pero no deja de ser peligroso. Alguien podría decir que por qué no retirarse hasta que amaine, pero hay un problema: quien venda ahora podría perderse una subida bursátil importante.