
Inicia el proceso para explotar el yacimiento de La Magdalena, a siete kilómetros del que ya opera desde 2009, y que descubrió hace un año. Prevé invertir en él 100 millones de euros y emplear directamente a 150 personas, con lo que su plantilla total alcanzaría los mil trabajadores.
Mina de Aguas Teñidas, la filial española del gigante global del comercio de materias primas Trafigura, ha iniciado ya en firme la que es su tercera pata de crecimiento a partir del yacimiento original que explota desde hace un lustro. Aparte del proyecto de duplicación de la capacidad de tratamiento mineral en Aguas Teñidas, en el que invierte 300 millones, y la reapertura de la mina de Sotiel (también en Huelva), que forma parte en último término del citado proyecto para doblar su tamaño, el grupo ha realizado la primera voladura para abrir el nuevo yacimiento de Magdalena.
Situado a siete kilómetros de Aguas Teñidas -Sotiel está a 35 kilómetros-, la apertura de una nueva mina es un hito a escala nacional, pues hace más de dos décadas que en España no se abre un yacimiento de valor, según la empresa. Matsa descubrió el yacimiento hace apenas un año, y ya ha comenzado los trabajos para ponerlo en producción.
Los cien millones de inversión en Magdalena se añaden a los 300 millones del proceso de ampliación de la producción -que incluye la nueva planta y la reapertura de Sotiel-. Con ello, de los 850 empleos actuales se pasará al entorno de los 1.300 en total cuando todos los proyectos estén en funcionamiento -de ellos, 150 de Magdalena-. Se prevé que en 2016 estén ya en operación todo los proyectos que integran la ampliación.
La compañía ha explicado recientemente en Sevilla que su matriz Trafigura ha capitalizado préstamos participativos que tenía concedidos a su filial por entre 45 y 50 millones de euros, para fortalecer su balance cara a todos estos nuevos proyectos. Un apoyo financiero que se suma al préstamo de 150 millones de dólares (unos 110 millones de euros) que Trafigura firmó con entidades financieras en enero pasado para respaldar el conjunto del plan de ampliación de capacidad.
Matsa facturó 171,3 millones en 2013, un 20 por ciento menos, por la caída de los precios del cobre. El beneficio antes de impuestos fue de 16,7 millones, un 72 por ciento menos. Para este año prevé mantener resultados.