Expertos económicos y líderes empresariales han pronosticado que Málaga y Marbella serán las primeras ciudades junto a Madrid y Barcelona en salir de la crisis. Argumentan que están en lo bajo del ciclo por lo que la recuperación va a ser muy rápida. Señalan que para poder trasladar esta mejora al empleo es preciso que las empresas sean más innovadoras para diferenciarse, se adapten a la nueva realidad que ofrecen las nuevas tecnologías, ganen tamaño y refuercen su internacionalización.
En parte tienen razón. La Costa del Sol está suscitando de nuevo el interés de los mercados e inversores exteriores. Ha pasado de ser un problema -inseguridad jurídica, casos de corrupción en Marbella y Estepona- para convertirse en una oportunidad de negocio. Así lo creen empresarios como Ricardo Arranz, dueño del hotel Villapadierna, y Cristóbal Peñarroya, propietario del complejo Holiday World, entre otros.
La capacidad de abordar la internacionalización, la apuesta por el I+D y la utilización de las TICs son los principales retos y también bazas de las firmas que están ya en el camino de salir de la crisis.
La intensidad y velocidad de la recuperación económica dependerá en gran medida de que los mercados perciban condiciones adecuadas para invertir. En Málaga, la inversión no sólo obedece a condiciones favorables sino al propio atractivo del proyecto. La capital se ha transformado como destino turístico y se ha convertido en el municipio de la provincia con mayor número de turistas alojados en hoteles. El año pasado fue el segundo destino urbano de España que más creció tras Bilbao.
Las condiciones macroeconómicas están mejorando paulatinamente en lo referente a confianza empresarial y la inversión externa. De cualquier modo, queda camino por recorrer, sobre todo en aspectos como el empleo y el consumo interno.
Top Digital, Novasol, Famadesa, Viveros Guzmán, Faccsa, Dcoop (antes Hojiblanca), Aertec o GE XXI son tan sólo algunos ejemplos a seguir en la reactivación de la economía malagueña.