Andalucía

Final del caso 'Troya': aún quedan muchos más

  • Los condenados deben devolver al ayuntamiento el coste de sus defensas.

Poco a poco se va deshaciendo el ovillo de sentencias vinculadas a la corrupción en Málaga - Ballena Blanca, Minutas, Camisetas, Pantoja-, aunque aún faltan casos muy importantes por juzgarse como Astapa y Arcos, que llevaron a la cárcel a los ex alcaldes socialistas de Estepona y Alcaucín.

La última sentencia en conocerse ha sido la del Tribunal Supremo, que ha desestimado el recurso de casación contra la condena al alcalde de Alhaurín el Grande (PP), Juan Martín Serón, a un año de suspensión de cargo público y a una multa de 200.000 euros.

El regidor, condenado por cohecho, sale de la alcaldía por la puerta de atrás como ocurrió con el polémico Jesús Gil, ya fallecido, del ayuntamiento de Marbella. Curiosamente, el alcalde del PP fue detenido en enero de 2007 en esta localidad tras un mitin de Mariano Rajoy, al que acudió la plana mayor de los populares andaluces.

Entonces, Martín Serón arremetió contra la Policía, la Fiscalía y el PSOE. Se pudo ir sin dañar a su partido, pero prefirió seguir en su puesto. Hoy, casi siete años después de aquel episodio, los tribunales le han obligado a dejar el sillón municipal al que podría volver a presentarse en las próximas elecciones municipales de 2015.

El PP no cierra la puerta al regidor, que presentará un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional (no paraliza la ejecución de la sentencia), y no sería extraño que le contraten en algún organismo público o privado controlado por la formación conservadora. Ya lo ha hecho con otros militantes que han tenido problemas.

Según el TS, Juan Martín Serón y el concejal de Urbanismo, Gregorio Guerra, exigieron al empresario José Burgos Leiva 122.000 euros a cambio de una licencia de obras para un edificio de 14 viviendas.

Ahora, los ciudadanos y los grupos políticos en el ayuntamiento de Alhaurín reclaman a los condenados que devuelvan a las arcas municipales el dinero público pagado por sus defensas. Una petición más que razonable.

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