Las industrias interesadas en diversificar deben plantearse la oportunidad de acceder a mercados de alto valor invirtiendo en empresas biotecnológicas andaluzas.
El diagnóstico y tratamiento precoz del Alzheimer, vacunas para prevenir enfermedades resistentes a antibióticos, medicina personalizada ajustada a la genética del paciente o pastillas orales de insulina para diabéticos, son algunos de los proyectos que las empresas biotecnológicas están desarrollando en Andalucía. Igualmente, lo son la obtención de biocombustibles a partir de microorganismos o utilizar los residuos agroindustriales como fuente de ingredientes bioactivos para una alimentación saludable. Se trata de grandes retos científico-tecnológicos y de grandes oportunidades de negocio que las compañías biotecnológicas son capaces de abordar. Las industrias interesadas en diversificar deben plantearse la oportunidad de acceder a estos mercados de alto valor añadido invirtiendo en empresas biotecnológicas andaluzas.
Las compañías biotecnológicas son expertas en innovación y nacen pensando en global. La cultura de la innovación, la internacionalización y la cooperación empresarial está "impresa en su ADN". Desarrollan conocimiento propio, biotecnologías y bioproductos que luego patentan y venden. Sus clientes son las grandes empresas nacionales e internacionales del sector farmacéutico, agroalimentario o energético, entre otros. Para comercializar sus productos y tecnologías, licencian sus patentes y/o establecen alianzas de co-desarrollo y/o distribución y comercialización de sus productos. Apuestan por la inversión en I+D, en recursos humanos altamente cualificados y en la colaboración Universidad-Empresa.
En Andalucía se ha configurado un sector biotecnológico denso, que ha crecido desde 38 a más de 158 empresas en 3 años (datos 2009-2011), lo que le ha merecido a Andalucía el calificativo de región más "bioemprendedora" a nivel nacional por la patronal Asebio. Este crecimiento en número de empresas ha generado más de 400 nuevos empleos altamente cualificados en Andalucía y ha contribuido a la inversión en I+D privada de la región (52,2 millones de euros en 2011). Un número significativo de las biotecnológicas andaluzas están en fase de internacionalización. El impulso diversificador de industrias tractoras invirtiendo en biotecnológicas andaluzas de su interés podría aportar un escenario muy beneficioso para las partes implicadas y apoyar el posicionamiento andaluz en mercados internacionales de alto valor añadido.