El fabricante jienense de dulces navideños y aceite de oliva sucumbe a la crisis. Turrones El Lobo, que gestiona la producción y venta de tres marcas de la empresa desde 2011, prevé quedarse con ellas una vez resuelto el concurso.
El año 2012 sigue cobrándose la vida de iconos empresariales andaluces, tras la quiebra de la sevillana Arance hace unos días. El veterano productor de dulces navideños e industriales Doña Jimena, fundado y presidido por el empresario jienense Jerónimo Jiménez, ha sucumbido al desplome del consumo. La compañía solicitó concurso voluntario de acreedores en el juzgado mercantil número 4 de Jaén el pasado 28 de didicembre, según ha podido saber elEconomista. El descenso de la facturación en el mercado español (dos tercios de sus ventas) derivada de la caída del consumo en las fiestas navideñas (que le aportaba un tercio de sus ingresos totales anualmente) ha sido determinante.
La compañía, que no ha facilitado información sobre los datos de pasivo y pérdidas que expliquen la presentación de la antigua suspensión de pagos, atravesaba problemas desde finales de 2010 tras haber registrado pérdidas de 562.000 euros en 2009 (frente al beneficio de 1,3 millones de 2008). Durante 2011 aplicó un ERE temporal para reducir a la mitad el horario de trabajo.
La empresa alicantina Almendra y Miel, propietaria de la marca de turrón El Lobo, firmó precisamente en agosto de 2011 un acuerdo para gestionar la producción y comercialización de tres marcas de dulces de Doña Jimena. El acuerdo se presentó entonces como un primer paso para su venta, aunque se ha revelado como una estrategia para que la firma de turrón acabara asumiendo las marcas de Doña Jimena que mejor encajaban con su portfolio -Doña Jimena, La Imperial Toledana y Vida Natural-.
El Lobo, que factura 21 millones de euros y opera desde 1725, es uno de los principales acreedores de la empresa andaluza y un auditor suyo ha sido designado como uno de los tres administradores concursales de Doña Jimena por el juez de Jaén.
Almendra y Miel señaló ayer que tiene la voluntad de mantener la actividad productiva y la plantilla ligada a esas tres marcas. No así la relacionada con otros negocios de la empresa como la venta de aceite de oliva, en la que Doña Jimena había diversificado en los últimos años.
La compañía jienense, fundada en 1980 y con unos 150 empleados, tenía además filiales en México, Argentina y Portugal. El negocio exterior fue precisamente el que le permitió mantener en 2010 el volumen de ingresos totales en el entorno de los 15 millones, desde los 17,5 del año anterior.