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Mercados gastronómicos: una forma de saborear la cultura

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Visitar un país y no probar su comida típica significa no haber culminado del todo el viaje. La gastronomía dice tanto de un lugar como el carácter y la cultura de sus gentes. No obstante, para poder sentirse como un verdadero local en territorio extranjero, es importante bucear por los mercados que viven entre las ciudades de todo el mundo, pues en estos enclaves, además de conocer de primera mano los alimentos que acaban en los fogones de los lugareños, también pueden descubrirse sus gustos, rutinas y manías. En este sentido, España, Inglaterra, Turquía y Tailandia acogen algunos de los gastromercados más destacados del globo, ya sea por su calidad, singularidad o tradición.

Damnoen Saduak (Bangkok)

La ciudad de Bangkok está atravesada por innumerables canales que siempre han servido como el suelo perfecto para los diferentes mercados flotantes -conocidos como Talaam Naat- que abastecen la ciudad. Entre tantos, el mercado de Damnoen Saduak es su broche de oro, ya que entre sus canales es posible vivir una experiencia única para contemplar la vida más propia de los tailandeses. Localizado a unos 100 kilómetros de la ciudad, abre todos los días del año de 7 de la mañana a 2 de la tarde. A pie, a través de sus muelles y embarcaderos, o en barca, a través de sus canales, es posible recorrer tanto las arterias principales como los canales más pequeños. Como todos los mercados flotantes del sudeste asiático, Damnoen Saduak era en sus orígenes un sencillo mercado de frutas, verduras y otros alimentos de uso exclusivo de los tailandeses que habitaban en esta zona. Hoy en día, contemplar la estampa del mercado es siempre una experiencia, porque debido a su gran afluencia de gente, puede verse en cada rincón a comerciantes y compradores de diferentes culturas negociando el precio de los alimentos más típicos del país, artesanía y souvenirs, ya que estos productos decoran también la mayor parte del gran mercado.

Bazar de las Especias (Estambul)

También conocido como Bazar egipcio, es uno de los mercados con más historia de Estambul, con unos orígenes que se remontan al año 1663. Ubicado en el barrio de Eminönü, es el segundo bazar cubierto más grande tras el Gran Bazar y, en él, como su propio nombre indica, es posible encontrar miles de especias en cada uno de sus puestos, lo cual lo convierte en un arcoiris terrenal. El Bazar de las Especias tiene forma de L y cuenta con seis entradas, que llevan al visitante a transitar por diferentes puestos en los que se puede encontrar la comida más típica de la zona, que por lo general se compone de platos normalmente elaborados con carne y verduras con un toque que no puede faltar; especias por doquier.

Los comerciantes son otro de sus puntos fuertes, ya que se esfuerzan para vender sus productos a quienes transiten la zona, no obstante, la mayoría de ellos domina diferentes idiomas y la posibilidad de mantener una conversación con ellos es realmente interesante.

Borough Market (Londres)

Si hay una ciudad con cosas que enseñar, esa es Londres. La capital inglesa cobija grandes tesoros arquitectónicos que muestran al visitante un legado histórico digno de admirar. Al igual que pasa con las personas, pues conocer verdaderamente a alguien implica saber sus gustos culinarios, se torna imprescindible transitar el Borough Market para adentrarse en el corazón de la cultura londinense. Se trata de uno de los mercados más antiguos de la ciudad y el más destacado, tanto por sus propias características como por su ubicación, ya que se encuentra a pocos metros del emblemático London Brigde. Más allá del fish and chips conocido en el mundo entero, la gastronomía británica ofrece numerosos productos que pasan normalmente desapercibidos: Sunday roast, banger and mash, toad in the hole... En definitiva, deliciosos platos elaborados con carne de ternera, cerdo o cordero con guarnición de patatas asadas, yorkshire pudding, verduras o salsa gravy.

La Boquería (Barcelona)

El Mercado de San José, más conocido como La Boquería, está ubicado en el corazón de la Ciudad Condal desde 1836, en el céntrico paseo de Las Ramblas. A lo largo de sus 2.500 metros cuadrados, cada día abren sus puertas más de 300 puestos, que ofrecen los productos locales más típicos como fruta, verdura, pescado, embutido, carne, legumbres o quesos, además de algunos internacionales. Su oferta gastronómica y la historia que le precede -ya existía como mercado al aire libre desde 1217 y después, cuando pasó a su ubicación actual, reemplazó a un antiguo convento que cerró en 1840-, lo convierten, además de en un templo gastronómico local, en un enclave turístico sin desperdicio. Y es que, no se puede decir que se conoce Barcelona si no se ha probado, al menos, la butifarra de La Boquería.

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