
El chaqué es el traje de máxima etiqueta y elegancia para asistir a una boda. Si el novio decide llevarlo, testigos y padrinos deben llevarlo también. Si el novio decide que no, nadie puede asistir con chaqué a la ceremonia. Tom Black propone tres opciones para no fallar como testigo o padrino.
El chaqué gris
Al ser una ceremonia de verano, lo correcto es escoger una lana fría con muy poca trama, en tono gris marengo y con las tres piezas iguales. La levita tiene la solapa muy ancha y el chaleco es cruzado con escote redondeado y botones en forma de V.
La camisa destaca por tener un cuello tipo americano. La corbata es azul marino con motivos celestes y blancos. Y el pantalón es de doble pinza, lo que aporta clase y comodidad.
El chaqué clásico
Este chaqué para ceremonia de verano está compuesto por levita negra y pantalón de rayas. El chaleco, con estampado príncipe de gales, tiene el escote redondeado para que el estampado no tuviera demasiada presencia en la parte superior. La camisa es blanca y la corbata es azul marino de micro lunares blancos.
El chaqué gris de cuadro ventana
El chaqué gris es la mejor opción para una boda marcada por un protocolo clásico y de mañana. En este estilismo, el chaleco y el pantalón van juego y tienen el mismo tejido de la levita. El chaleco, de escote redondeado con solapa, deja ver la mayor parte de la camisa y hace lucir más la corbata.
La camisa elegida tiene un cuello cutaway con pespunte al borde y puño francés para gemelos. La corbata es de un color azul más vivo, que rompa con el conjunto. Por último, un pantalón sin pinzas que estiliza la figura y con cinturilla sin trabillas para usar con tirantes.