
El buen coñac puede alcanzar precios de venta al público extremadamente desorbitados. Según los expertos esto se debe a la carencia de excelentes cosechas en este sentido. De hecho, hay quien asegura que la producción de coñac de máxima calidad deberá de esperar por lo menos diez años para volver a gozar del máximo esplendor.
Quizás este sea el motivo por el que se ha vendido una botella de exquisito coñac francés por la friolera de casi 250.000 euros. El comprador de esta bebida espirituosa, de tradición invernal, se hizo con ella el pasado mes de octubre en una de las tiendas de Londres más lujosas. Hedonism Wines fue la boutique de coñacs londinense que vendió la prestigiosa botella de coñac a uno de sus clientes. Pero, lo curioso es que no es la primera que alcanza cifras espectaculares, aunque sí la más cara.
Coñac Massougnes de 1801
La bebida en cuestión es una botella de Massougnes del año 1801, comprada por Hermitage Cognacs y Brandyclassics. En total son casi tres litros del famoso coñac francés, procedente de las viñas ubicadas en la región de Charente, en Francia.
Mare Antoinette des Allées era la propietaria de esta bebida de lujo para paladares exquisitos. Se trata de la condesa de Bourdelière, descendiente de Louis VII. Durante años, en su propiedad se producía el mejor coñac de la zona. Massougnes era una de las marcas de coñac más prestigiosas, aunque hoy en día las vides de esta familia de aristócratas han dejado de funcionar.
El precio de esta botella de coñac francés alcanza esas cifras porque se trata de una antigüedad, convirtiéndose en una rareza auténtica. Es tan complicado encontrar en el mercado una botella de Massougnes, que cuando sale alguna a la luz, los coleccionistas se afanan en adquirirla. De hecho, como mencionábamos antes, otra botella de Massougnes de 1805, se vendió por algo más de 200.000 euros a un comprador anónimo.