Pasar un fin de semana en el campo, hacer un poco de senderismo o dormir bajo las estrellas en un frondoso paraje son actividades que de vez en cuando apetecen hasta al más urbanita. Sin embargo, la picadura del mosquito, montar la tienda o lo cansado que resulta caminar no siempre apetece tras una larga semana de trabajo.

Así, las empresas de lujo, del glamping, o aquellas cuya meta sea convertir en chic unas naturales vacaciones en el campo, se dedican a sacar nuevas opciones, nuevos artilugios y nuevos servicios para el exclusivo cliente poco acostumbrado al sudor.

Desde Evasión ya se había recogido algunas de las últimas estrategias de las compañías dedicadas al glamping. Sin embargo, lo último en el camping de lujo pasa por adquirir una caravana anfibia.

Daniel Straub es el inventor, de origen alemán, que ha creado y diseñado su anfibio Sealander, una caravana compacta que tiene la capacidad de navegar por el agua gracias a un pequeño motor eléctrico fuera de borda que alcanza velocidades de 10 kilómetros hora.

El Sealander está construido en una sola pieza de fibra de vidrio y plástico reforzado y tiene un espacio de cuatro metros de largo por uno y medio de ancho y casi dos de alto. Este amplio espacio permite albergar una cama doble creando un confortable espacio para poder descansar después un largo día en el campo. También, el techo descapotable de la caravana permitirá a los dueños estar conectados con la naturaleza que les rodea.

Además del espacio de descanso, el Sealander cuenta con una pequeña cocina y un baño portátil que harán que los dueños se sientan como en casa a pesar de estar en medio de un bosque o navegando en pleno río.

El carácter anfibio de esta caravana es, a juicio de su diseñador, el elemento diferenciador de su creación. Daniel Straub ha asegurado a medios locales que "la ventaja obvia es que se puede combinar dos formas de viajar. Ofrece muchas más posibilidades. Cuando usted tiene un barco y una caravana, usted tiene que decidir cuál de ellos desea utilizar. Lo que ofrecemos aquí es la libertad para hacer lo que quieras, donde quieras ".

Precisamente, la transición de tierra al medio acuático de esta caravana se realiza en apenas unos minutos y su transporte es tan fácil como enganchar un remolque a la parte trasera del coche. El peso de la caravana alcanza los 380 kiligramos y el motor eléctrico, de 5 CV, con el que cuenta contribuirán a que el esfuerzo realizado por el coche que le remolca sea menor.