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Happy Diamonds de Chopard: un lujo irresistible

La icónica colección Happy Diamonds de Chopard vio por primera vez la luz en el año 1976 cuando el diseñador de la firma de alta relojería y joyería de lujo, Ronald Kurowski encontró la magia de los diamantes sin engastar. Tal fue la fascinación que sintió que creó una completa colección de relojería utilizando esta técnica artesana. Estos relojes contenían en sus esferas diamantes libres que podían permanecer así por una esfera insertada en el interior entre dos cristales de zafiro de primera calidad.

El primer Happy Diamonds en salir al mercado fue un reloj de caballero, pero pronto comenzaron a utilizar los diamantes liberados para las colecciones de alta relojería de señora y las colecciones de joyas. Estos diamantes móviles están totalmente recubiertos de oro de la fundición propia de Chopard. Gracias al trabajo artesano se logra un movimiento biselado que garantiza la máxima movilidad de los diamantes en el interior de sus esferas.

Los colgantes Happy Diamonds de Chopard están inspirados en las gotas de agua de una cascada natural. Todas las joyas de esta colección que, ahora siguen con su andadura inicial con las nuevas presentaciones, están elaboradas en oro de 18 quilates y los diamantes libres en absoluto movimiento.

Chopard: un poquito de historia

La casa Chopard se inauguró en Sonvilier en el año 1860. Fue Louis-Ulysse Chopard, un maestro artesano de alta relojería, el que lanzó su marca y su taller al mundo. Gracias a su aplomo y a sus increíbles creaciones, enseguida se dio a conocer, ganándose una reputación excelente en su sector. Esto le llevó a vender sus piezas de relojería en diversos lugares europeos.

Su hijo, Paul Louis Chopard tomó el mando de la Maison en el año 1921 y lo primero que hizo fue abrir una sucursal de Chopard en Chaux-de-Fonds, para en 1937 trasladar el negocio a Ginebra, que era la cuna de la Alta Relojería. En 1943, su hijo, Paul André Chopard se hizo con el mando del negocio familiar.

Pero la historia de la familia Chopard como propietaria de la marca terminaría en esta línea de sucesión ya que los hijos del, por aquel entonces, presidente de la empresa no quisieron continuar con el legado familiar. De esta forma entró en escena Karl Scheufele y su familia, actuales propietarios de Chopard.

Con esta familia procedente de una dinastía de relojeros alemanes, la historia de Chopard ha continuado hacia adelante, logrando una expansión sin igual de la firma de alta joyería. En la actualidad los hijos de Karl Scheufele, Caroline Y Karl-Friedrich son los presidentes de la compañía, encargándose cada uno de ellos de las distintas áreas en las que trabaja la marca Chopard.

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