
En la era de la tecnología, cualquier movimiento que tenga relevancia tiene su espacio reservado en las redes sociales. Una realidad que ejemplifica muy bien la moda: si algo es tendencia, tendrá millones de publicaciones y, obviamente, de visualizaciones.
Este año si algo ha destacado es el denominado lujo silencioso, si bien no es algo nuevo, pues muchas marcas y consumidores de alto poder adquisitivo lo vienen aplicando desde hace años. No obstante, las nuevas generaciones han dado un nuevo impulso a este concepto. En redes como Tik Tok la etiqueta #quietluxury, acumula más de 350 millones de visualizaciones, mientras que el término en español recopila más de 240 millones. Estas cifras son el reflejo de que la forma de enseñar el lujo ha cambiado drásticamente.

Hablar de lujo silencioso es hacerlo de materiales de alta calidad, de piezas que no pasan de moda y, principalmente, de artículos en los que la marca no aparece por ningún lado. Se trata de la diferenciación a través de la ocultación, ya que los usuarios de estas prendas conocen su valor y dan cuenta de su estatus a aquellos que como ellos pueden reconocerlo.
El lema de la firma Loro Piana If you know, you know (Si lo sabes, lo sabes) ejemplifica a la perfección esta manera de consumir. Algo que contrasta con otras épocas en las que presumir de un alto poder adquisitivo pasaba por lucir los logos de manera ostentosa.

¿Quién no recuerda los cinturones de Dolce & Gabbana o de Gucci con hebillas enormes de las iniciales de la marca? Ahora, es el minimalismo el que toma el mando con colores neutros, diseños limpios y basados en el menos es más. A este respecto, firmas como Hermès, Max Mara, Bottega Veneta o The Row son el máximo exponente de esta filosofía de compra no apta para todos los bolsillos.
Según una encuesta de Appinio realizada el año pasado, únicamente 4 de cada 10 españoles tiene algún artículo de lujo, Las características de este estilo van muy de la mano de la sostenibilidad, ya que busca invertir en menos artículos, pero de gran calidad y que puedan perdurar pese al paso de los años y las irrupciones de nuevas modas. Cada vez más, los consumidores quieren prendas que duren en el tiempo, evitando así tener que generar residuos.

Por esta razón, las nuevas generaciones más comprometidas con la sostenibilidad, impulsarán en gran medida la industria del lujo. Según Bain & Company, lo nacidos a partir de 1980 se convertirán con diferencia en los mayores compradores de lujo, representando el 80% de las compras globales en apenas siete años. Supone, en definitiva, ir a contracorriente del actual ritmo de consumo donde impera la rapidez, la compulsividad y la fugacidad. Es la reivindicación del verdadero lujo, piezas que duren para siempre.
