
Desde principios de mayo, en uno de los locales comerciales del madrileño Palacio de Hielo (C/ Silvano, 77), la asociación Cumbre Eslava ha instalado una pequeña tienda con el objetivo de recaudar fondos para cubrir los gastos de transporte de la ayuda humanitaria recogida para las víctimas de la guerra en Ucrania. Los artículos que allí se venden –ropa, bisutería, cuadros, banderas…– están confeccionados por ucranianos que residen en España, ya sea desde hace años o desde hace pocos meses en su condición de refugiados. La prenda estrella de esta tienda improvisada es la tradicional vishivanka, sobre todo después de que la reina Letizia acaparase todas las miradas a principios de marzo por lucir una de estas camisas tradicionales ucranianas en la entrega de las Ayudas a Proyectos Sociales de la Fundación Mutua Madrileña.
También Olga Solovej - autora de muchos de los productos que allí se venden - se erige como una de las estrellas del lugar. Alguien la llamó para solicitarle una de sus camisas tradicionales y, hasta que no lo vio por la prensa, no adivinó que aquella prenda estaba destinada vestir a una reina. Dice que, desde entonces le han llegado "muchas llamadas de periodistas españoles, también ucranianos", por lo que asegura estar "un poco cansada". Aunque con una ligera sonrisa afirma sentirse "famosa", le quita hierro al asunto explicando que "en mi día a día nada ha cambiado". A su participación en las actividades que organiza la asociación Cumbre Eslava (la gestión de esta tienda, recogida de alimentos, medicamentos, manifestaciones…) se suma su trabajo de limpiadora y este hobby de bordar vishivankas.

El origen de estas prendas es algo incierto, aunque se calcula que nacieron entre los años 6.000 y 3.000 a. C. Se caracterizan por el bordado que las adorna – de hecho, vishivanka significa bordado en ucraniano –, habitualmente de formas geométricas, florales o animales. El objetivo de estos adornos era atraer la buena suerte, alejando a los malos espíritus. Estas prendas también se pueden llamar sorochka (camisa en ucraniano) y las más tradicionales se confeccionaban siempre en lino y su largo llegaba hasta el suelo (para las mujeres, las de los hombres eran más cortas). Los colores y el tipo de punto de los bordados eran, además, característicos de cada región. "En función de la vishivanka que vestía alguien, podías saber de qué pueblo era", explica Antonina Yavornytska, que colecciona prendas tradicionales ucranianas. "Tengo alrededor de 40, algunas con más de cien años de antigüedad". Antonina también realiza ropa, collares de cuentas, diademas y otros productos típicos de Ucrania que vende a través de su página web (talleretnobarvy.com). El 30% de lo recaudado por esta vía lo destina a cubrir las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania o los refugiados mientras dure la guerra.
Cuando se elaboran de manera artesanal, las vishivankas se pueden terminar de bordar en aproximadamente un mes, explica Olga. "Según el tiempo que puedas dedicarle", añade. Ella puede tardar "hasta seis meses", pues cada vez es más difícil sacar tiempo libre. En esta misma línea se pronuncia Antonina: "Recientemente he terminado una camisa que me ha llevado 40 días, trabajando día y noche, pero hay algunos bordados complicados en los que puedes llegar a emplear hasta medio año".
Comprar 'online'
La ucraniana Halyna Vargas lleva varios años viviendo entre su país natal y Chile, país del que es oriundo su marido. Con el objetivo de exportar la cultura ucraniana a Sudamérica, fundaron juntos Emporio Ucrania, una tienda online que, como explica la propia Halyna, "compra productos a los artesanos locales en Ucrania y los importa a Chile para despacharlos a los países del Cono Sur". La cofundadora de Emporio Ucrania asegura que "las blusas bordadas para mujeres es lo que más vendemos, pero también ha aumentado la demanda de camisas para hombres". En cuanto a la variedad, "disponemos de productos con bordados a mano y a máquina, modelos tradicionales y obras de autor", añade. Así, en función de la naturaleza de la prenda, estas camisas pueden tener un precio que ronde los 30 euros o que supere los 300.
Las tradicionales 'vishivankas' se reinterpretan hoy de la mano de marcas ucranianas de moda como Foberini (modelos de arriba a la derecha y abajo a la izquierda) y 'My Sleeping Gypsy' (modelo de abajo a la derecha). Ambas firmas venden sus artículos en la plataforma 'Angel for Fashion' (angelforfashion.com), creada para ayudar a Ucrania.
Halyna, que actualmente está colaborando en la confección de de mallas de camuflaje para las Fuerzas Armadas en Kiev, recalca la importancia de apoyar a los fabricantes ucranianos en estos momentos de conflicto. Su marca, además, dona "parte de los beneficios a fines sociales. Como regla general, a instituciones médicas que están en el frente".
También la famosa plataforma de comercio electrónico Etsy, enfocada a la venta de productos artesanales, es un buen lugar para encontrar artículos ucranianos. La web de origen estadounidense informó a principios de marzo que, con el objetivo de apoyar a sus vendedores ucranianos, "estamos cancelando sus saldos adeudados a la plataforma", lo que incluye tarifas por transacciones, publicidad u otros conceptos. Además, para facilitar a sus clientes la posibilidad de ayudar a las víctimas del conflicto, Etsy ha elaborado un listado de artesanos locales de origen ucraniano al que se puede acceder desde su página web.
"Las malas circunstancias que vivimos han servido, por lo menos, para que mucha gente quiera conocer nuestras costumbres", señala Antonina. Ella, como el resto de las mujeres entrevistadas, solo le pide a la suerte que esta guerra termine cuanto antes.
Los ángeles de la moda
La tienda online 'Angel for Fashion' (angelforfashion.com) nació a principios de abril en Los Ángeles por iniciativa de Jen Sidary. La experta en comercio electrónico de lujo había recibido una llamada de la diseñadora de moda ucraniana Alina Kachorovska, que buscaba ayuda en esta situación de conflicto. Así, en apenas un mes nació 'Angel for Fashion', con el objetivo de aunar en una misma plataforma las creaciones de numerosas firmas ucranianas de renombre en el mundo de la moda.
"Las marcas me dicen que son increíbles las palabras de apoyo a Ucrania provenientes de clientes de todo el mundo"
Las visitas a la plataforma llegan desde más de un centenar de países y, además de contribuir a la recuperación económica de Ucrania, sus clientes contactan directamente con los diseñadores y establecen con ellos una conexión emocional. "Las marcas me dicen que son increíbles las palabras de apoyo a Ucrania provenientes de clientes de todo el mundo", explica la propia Jen Sidary. Al cierre de esta edición, 36 firmas formaban parte de Angel for Fashion, aunque la plataforma estaba estudiando más solicitudes. Entre las marcas que actualizan la vestimenta tradicional ucraniana se encuentran Foberini y My Sleeping Gypsy, que ofrecen artículos muy exclusivos cuyos precios oscilan entre los 400 y 900 euros.