
Hace ahora 32 años, la pareja de gallegos de Sandro Portela y Ángeles Torres se lanzó a la aventura de crear una firma de ropa que recogiera valores como la calidad, sostenibilidad y exclusividad. Hoy, esta idea se materializa en Oky, una firma de moda de lujo sostenible que ha conseguido enamorar a personalidades de la talla de la Reina Letizia -que hizo que la marca vendiera su vestido en todo el mundo-, Catherine Zeta-Jones o Elvira Lindo, entre una larga lista.
Desde sus inicios, Oky ha conseguido diferenciarse por serle fiel a una producción sostenible y de calidad, ya que toda la fabricación de sus prendas se lleva a cabo en fábricas ubicadas en proximidades de Vigo, donde tienen la sede. "La propia dimensión de nuestra empresa determina nuestras producciones sostenibles. No formamos parte del mas-market, es el mercado el que tira de nuestras prendas, no al revés", aclaran los fundadores. Y es que, para la pareja es imprescindible estar "en el lugar de la acción" para que las cosas salgan bien. Por ello, centralizan y acercan su producción lo máximo posible.

Aunque hablar del fragmento lujo es muy arriesgado, pues hay tantas personalidades como compradores, desde Oky creen que el público se focaliza más en el aspecto de la marca que en calidad y exclusividad. Un craso error desde su punto de vista. Y por este motivo, su apuesta sigue siendo igual de firme que cuando empezaron: materiales de máxima calidad, rigurosamente elaborados. Algo que, a su parecer, les hace "no pasar nunca de moda".

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A la pregunta de ¿es fácil vivir de la moda en España?, Portela declara que: "Mi experiencia es que se puede vivir de cualquier cosa, pero para eso hay que ser experto en lo que haces. Yo conozco mi trabajo y me gusta, y creo que si algo te gusta, todo sale. Lo más importante es hacerse un buen equipo, las individualidades no suelen llegar a ningún sitio. Es un mundo difícil, porque trabajamos con un producto cambiante, por eso siempre tienes que estar en el lugar de la acción".
Continuando con el sector al que pertenece, el fundador sostiene que, actualmente, no existe ningún país a la vanguardia del mismo, porque hoy "la moda es universal". No obstante, lanzando una punta de flecha a favor de su patria, asegura que, si España goza de reconocimiento internacional en este ámbito, es, sobre todo, gracias a la moda en Galicia de los años 80.
En cuanto a visibilidad internacional, los fundadores son conscientes de que las marcas españolas tienen una cierta homogeneidad, pues hay un gran porcentaje que valora la calidad de los productos y la calidad en el servicio de esos productos. Por lo tanto, "sería muy difícil competir internacionalmente sin tener en cuenta estos valores", manifiesta.

Actualmente, Oky está presente principalmente en los mercados de Bélgica e Irlanda. También Alemania, y en menor medida, Reino Unido, así como clientes esporádicos en todos los puntos del mundo; desde República Dominicana hasta Oslo. Y su objetivo es seguir expandiendo sus productos a cuantos más sitios mejor, pero siempre, recalcan, "con nuestra seña España y manera de hacer las cosas".
Colección Otoño-Invierno
De cara a la nueva temporada, Oky realiza una oda a la actitud: disfrutar, divertirse, mezclar y probar son las bases que marcan su estilo. En el pulso entre tradición y modernidad, los clásicos siguen seduciendo, pero reinventados: cuadros con colores y texturas más atrevidos, pantalones con campanas XL, gabardinas en colores nuevos, pañuelos de seda para todas las situaciones… Abandonamos el athleisure para volver a la formalidad, al glamour y a la estética con un punto vintage.

Las prendas exteriores también cobran especial importancia. Los abrigos van desde las siluetas y tejidos más clásicos como paños y astracanes, hasta los más modernos oversize en pelos estampados y tejidos inesperados.

En las tendencias Otoño-Invierno 2019, más que colores para el invierno, podemos hablar de colores trans-seasonal, que nos acompañarán a lo largo de la temporada, independientemente de las condiciones meteorológicas en las que vivimos. Destacan los azules intensos y profundos, rojos anaranjados, verdes camuflaje y tostados caramelo. Continúan en alza los camel y el siempre clásico negro.

La colección se actualiza con toques de color vibrante, como amarillo, mostaza, rojo, naranja, verde menta y turquesón; y se añade el punto especial con estampados fuertes, como patchworks, geométricos, estampados pañuelo, serpiente o trazos a mano, que actualizan las prendas diferenciándolas y haciéndolas más exclusivas. Respecto a los tejidos, la gran mayoría son de aspecto y tacto cálido, apetecibles para su uso diario.
