Cinco razones por las que no habrá recesión
Amador G. Ayora
No tengo una bola de cristal para conocer cómo se comportará la economía en los próximos meses y aún menos los mercados financieros, pero creo que aún es demasiado pronto para afirmar con rotundidad que habrá una recesión.
Sería, además, la primera crisis que es adelantada como tal en los boletines informativos de la radio y la televisión. Las alarmas se dispararon el miércoles, cuando el rendimiento de los bonos a dos años en Estados Unidos superó a los de diez. La famosa inversión de la curva de los tipos de interés. Una anormalidad, que se dio por última vez en 2007 como preludio a la Gran Recesión y es interpretada por analistas de todo el mundo como un anticipo de la crisis.
Como las malas noticias suelen venir juntas, ese mismo miércoles se conoció que Alemania había decrecido una décima en el segundo trimestre, después de que unos días antes el Reino Unido registrara un -0,2% en su PIB, por culpa de las tensiones sobre el Brexit.
Sin embargo, esta vez puede ser diferente a las precedentes. Los tuits de Trump amenazando con tarifas del 10% a todas las importaciones chinas provocaron una estampida de los inversores de las bolsas en búsqueda de refugio.
La deuda europea y japonesa tiene rendimientos cercanos a cero o negativos (el bono español a diez años ofrece ya réditos nulos). Los títulos del Tesoro americano son de los pocos que están en torno al 2%, lo que explica que se agolpen los inversores para su adquisición. La deuda alemana de plazos similares está en tasas negativas.
Estamos, por tanto, ante una circunstancia inusual, que no es comparable con la anterior crisis, en la que los tipos de interés europeos estaban muy por encima de los americanos, y puede explicar la inversión de la curva de los tipos de interés por la búsqueda de rentabilidades.
El segundo factor de incertidumbre, la recesión alemana, aún se está a tiempo de poder revertir. Berlín acumula superávits fiscales consecutivos desde hace más de una década. En la actualidad, hay un intenso debate entre los dos socios de su Gobierno (conservadores y socialistas) sobre si lanzar un plan de gasto público para estimular la demanda y la inflación.
"Ni la recesión alemana ni el Brexit duro son seguros y la FED bajará tipos en septiembre"
De momento, la canciller Angela Merkel ha logrado imponer su criterio. Es partidaria de esperar a conocer cómo va el tercer trimestre o a que se produzca un mayor deterioro. Pero tarde o temprano, habrá un plan de gasto público para apoyar la innovación y la reconversión medioambiental de su industria.
En cualquier caso, Alemania está en pleno empleo y una recesión en su territorio no creará las tensiones generadas por los países del sur de Europa en la última crisis. Al contrario, servirá de acicate para que el BCE se emplee a fondo en adoptar medidas de estímulo, como anunció ya este jueves.
La convocatoria anticipada de elecciones en Italia, otro de los factores de incertidumbre, parece desactivada después de que el Partido Democrático de Matteo Renzi se aliara con el M5 de Luigi di Maio para tumbar la propuesta de Matteo Salvini. La conocida pelea entre Matteos.
El tercer gran factor de riesgo, el Brexit duro, tampoco tiene visos de salir adelante. El primer ministro Boris Johnson conserva una exigua mayoría de uno o dos diputados, después de que más de una veintena de tories hayan advertido de que no le apoyarán en su ultimátum para sacar al Reino Unido de la UE sin acuerdo el 31 de octubre.
En última instancia, los expertos consideran que Bruselas presionará a Dublín para que renuncie a la llamada Salvaguarda Irlandesa, a fin de que pueda instaurarse algún tipo de frontera blanda con su vecino británico del norte.
En cuarto lugar, aún permanece abierta la posibilidad de que China y Estados Unidos alcancen algún tipo de entendimiento. Pese al cruce de advertencias de represalias, las superpotencias mantienen el calendario de reuniones para comienzos de septiembre.
"El recorte de impuestos de Ayuso incomoda a Moncloa, que quiere subirlos y agravará la crisis"
Existe un quinto razonamiento para desconfiar de los agoreros, y es que la dichosa inversión de la curva de tipos sirve para vaticinar crisis con 20 meses de anticipación. ¿Alguien es capaz de predecir lo que pasará en la economía mundial dentro de más de año y medio con la actual volatilidad? Me parece un acertijo más propio de una bola de cristal.
Por si aún no se queda tranquilo, debe saber que en todas las ocasiones en que se invirtió la curva de tipos, la bolsa reaccionó con subidas promedio del 13% en los meses posteriores. El motivo es que la caída de rentabilidades provoca que el inversor se quede sin alternativa a la bolsa para sacar partido a su dinero.
Además, la inversión de la curva se produce porque los tipos de interés permanecen altos. Después de la abrupta caída de los mercados y de las presiones de Trump sobre el presidente de la FED, Jerome Powell, el consenso de Bloomberg augura otra reducción del precio del dinero en septiembre, algo que no ocurría después de la última reunión y que servirá de revulsivo a la renta variable.
Desde luego, si todos los factores se alían en contra, como ocurrió el pasado miércoles, seguro que habrá recesión. Pero no es la primera vez que todo queda en un susto. Crucemos los dedos.
PD.- ¿Y en España, qué? Es difícil pensar que pasará de crecer por encima del 2% a una recesión en 2020. Pero la desaceleración puede reducir su PIB a porcentajes en torno al 1% el próximo año. Una tasa insuficiente para mantener el ritmo de creación de empleo.
Es interesante ver si el futuro Gobierno de Sánchez mantiene la subida de impuestos a Sociedades y directivos recogida en el proyecto de Presupuestos, que provocaría un frenazo en la actividad. Y más si se alía con Podemos.
La rebaja de impuestos lanzada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su discurso de investidura ha sentado muy mal en las filas socialistas. La ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, fue la primera en criticar la medida, exigiendo un recorte paralelo del gasto. Es indudable que la oferta de Ayuso es mucho más atractiva para los ciudadanos y la única que puede sacar a la economía de su bache actual.