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Daniel Lacalle: "El dólar no está en peligro como moneda de reserva porque no hay alternativa en las divisas fiat"

  • "Trump lo tiene muy complicado: o recorta el gasto o tendrá que acelerar radicalmente la capacidad de crecimiento de EEUU"
  • "Los estados que han defendido el gasto y la deuda sin control están en colapso y el de Japón es el más importante"
  • "Alemania se ha lanzado a las mismas políticas que han llevado a Francia a un problema fiscal irresponsable"

Víctor Blanco Moro, Remo Vicario
Madrid,

Para Daniel Lacalle (Madrid, 1967), "dar la batalla cultural" es ahora indispensable para frenar el avance del "estatismo depredador". Su última contribución en la cruzada por la defensa de las libertades del individuo frente al estado se titula "El nuevo orden económico mundial" (Deusto, 2025), un ensayo en el que el economista jefe de Tressis Gestión repasa cómo el frente estatista ha ido tomando posiciones en los últimos años con herramientas como la Teoría Monetaria Moderna que ahora aplican los grandes bancos centrales del planeta, la censura o la Agenda 2030.

Lacalle explica a elEconomista.es los puntos clave de su último libro, explica el auge de Trump como un "antídoto contra el estatismo woke mundial", y repasa los grandes desafíos que tiene la nueva administración estadounidense por delante, como la lucha contra un enorme endeudamiento público, común en otras grandes economías, como Japón o la zona euro, o la aparente amenaza del dólar como divisa de reserva del mundo. A su juicio, todas estas cuestiones están relacionadas con el avance de un frente estatista, "consecuencia de generar desincentivos a defender la libertad".

Arranca el libro con la famosa frase del Foro de Davos, "En 2030 no tendrás nada y serás más feliz que nunca", como ejemplo del nuevo orden mundial que tratan de construir fuerzas estatistas. Sin embargo, es un mensaje que se ha asumido por parte de instituciones que son columna vertebral del capitalismo, como BlackRock, BBVA, Nestlé... que patrocinan y financian el foro de Davos. Y algunos de los mayores inversores del mundo se han sumado a estas tendencias estatistas en los últimos años ¿Qué los ha llevado a fuerzas capitalistas a comprar este discurso y este mensaje? ¿No es contraproducente para ellas?

Creo que hay dos razones. Una es la comodidad, y otra es el miedo a que haya un ataque por parte de los medios o los partidos más radicales. Es una manera de intentar quedar bien con los que más ruido hacen. A mí me parece extremadamente preocupante, porque, además, pasan dos cosas: primero, no les dejan en paz, y se les sigue acusando de todos los males del mundo y, en segundo lugar, que blanquean un mensaje profundamente dañino y que saben que es profundamente dañino. Una cosa es defender la inversión en energías renovables y nuevas tecnologías, que me parece absolutamente maravilloso, y lo que llamamos sostenibilidad, que ha sido siempre eficiencia, tecnología y competitividad. Pero otra muy peligrosa es esta obsesión por intentar repetir los mantras de ese estatismo depredador, que encima es profundamente dañino, para esas empresas y para el mundo en general.

La falta de fortaleza por parte de los defensores de la libertad a la hora de dar la batalla cultural, también lleva a que muchas empresas, si lo que reciben constantemente es la propaganda y el mantra del estatismo, perciben equivocadamente que esa es la tendencia global, y, por lo tanto, intentan adaptarse. Es una gran equivocación. Me parece que es muy refrescante y positivo que personas como Javier Milei vayan al foro de Davos a recordarles que no es un foro para repetir un mensaje único o el pensamiento único, sino que es un foro para debatir, para analizar los riesgos, y que, sobre todo, el papel de estas grandes instituciones es esencial para embridar y para limitar los excesos estatales, no para blanquearlos ni para justificarlos.

Su libro comparte con el que Ray Dalio, "Principios para un nuevo orden mundial" (Deusto, 2022), la idea de que "todos los imperios de la historia han caído por su moneda". Ahora parece que esto vuelve a la actualidad y es más importante que nunca. Teniendo en cuenta la relación que hay entre la divisa y la deuda de un país, y el grave problema de deuda que tiene EEUU, ¿cree que ha llegado la hora de Estados Unidos como líder mundial?

No. Creo que lo que pasa es que ese estatismo depredador siempre, ante cualquier evidencia de la pérdida de confianza en las monedas fiduciarias, rápidamente intenta orientar la imagen y la preocupación de la gente con respecto al dólar, a la moneda de reserva del mundo. La posición del dólar como moneda de reserva del mundo no está en peligro porque no tiene alternativa entre las monedas fiduciarias. Otra cosa es que vayan apareciendo alternativas de pago que puedan ser independientes, que no necesariamente van a ser alternativas en el mundo fiduciario, pero que funcionan como el corsé que no están ejerciendo los bancos centrales. No creo que el dólar esté en peligro como moneda de reserva del mundo para nada, ahora, eso no significa que la posición de EEUU como garante de la moneda de reserva del mundo no se ponga en peligro. Eso lo explica perfectamente el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, que es uno de los mejores historiadores económicos que hay, además de un gran gestor: EEUU puede tener déficit comercial y fiscal, pero no cualquier déficit comercial y fiscal.

La pérdida de confianza global en las monedas fiduciarias de los estados desarrollados es una evidencia empírica. Los bancos centrales del mundo están comprando oro y reduciendo su tenencia de bonos soberanos, que es la moneda de los estados. Los estados que han sido el poster de la idea de que el estado puede gastar y endeudarse lo que quiera, están entrando en un colapso muy relevante. El de Japón a mí me parece el importante.

¿Más que el de Estados Unidos?

Todo el mundo intenta que miremos hacia EEUU, pero fíjate que nunca escuchamos el colapso de los bonos a 30 años en Japón, o se escucha muy poco (en elEconomista.es sí), y la razón es que nadie habla de los gigantescos desequilibrios de Japón o Francia, porque se dedican a aumentar el peso del Gobierno en la economía y a aumentar los impuestos, pero en EEUU, en el nanosegundo en el que aparece un presidente que dice que va a reducir el gasto y bajar los impuestos, toda la maquinaria mediática de ese estatismo depredador va contra ese presidente. ¿Cuántas veces hemos escuchado en los últimos 4 años, el absoluto nivel de locura fiscal que ha llevado a cabo la administración Biden? Nada. O, la política más irresponsable, o hasta traidora, de Janet Yellen, de financiarse a cortísimo plazo para pasarle al siguiente el problema de financiar el 25% de la deuda. Lo que ha pasado en los últimos 4 años en EEUU debería ser objeto de crítica por parte de los economistas todos los días y, sin embargo, parece que en los últimos 4 años en EEUU la política fiscal y monetaria eran perfectamente positivas.

"¿Cuantas veces hemos escuchado en los últimos cuatro años el absoluto nivel de locura fiscal que ha llevado a cabo la administración Biden? Ninguna".

Igual que se centró toda la atención sobre Liz Truss por unas bajadas de impuestos, cuando al mismo tiempo pasó una crisis de deuda de Japón y de Francia, y todos los titulares los copaba el Reino Unido con una bajada de impuestos. Eso muestra que hay un interés concertado de perpetuar los desequilibrios fiscales de los Estados a toda costa, con ese neo keynesianismo que piensa que el estado y el banco central son los generadores de financiación de primer recurso, y no de último, que es lo que deberían ser.

Menciona el caso de Japón, que ha tenido una emisión a 30 años con muy poca demanda, algo preocupante. EEUU también tiene problemas de endeudamiento disparado, e incluso Alemania, el último bastión de la responsabilidad fiscal, también ha caído. Esta combinación, ¿Cree que puede acabar mal en el corto plazo, con una crisis de deuda mundial, o por lo menos con un aumento de las tensiones en los mercados?

En el cortísimo plazo no, porque lo que ocurre en el mundo fiduciario es un juego de relativos. Esto es como un colegio en el que, como todos suspenden, el que menos suspende gana, pero están suspendiendo todos. Y Alemania, que iba un poco mejor, ahora se lanza a las mismas políticas que han llevado a Francia a un problema fiscal absolutamente irresponsable. ¿Cuál es el problema aquí? Que los gobiernos tengan la tentación de aumentar los desequilibrios fiscales es la norma. Un gobierno siempre va a pensar que aumentar la deuda y el déficit, y el gasto, no solo no son cosas malas, si no que, de hecho, son lo que ellos llaman "políticas sociales". Pero aquí, el elefante en la habitación es que los bancos centrales de esos países han dejado de ser independientes. Han dejado de ser la conciencia que limita las tendencias expansionistas de los Gobiernos, para justificarlas. Ese es el gran problema. Es muy fácil echarles la culpa a los gobiernos, pero no nos podemos olvidar de que la política fiscal y la monetaria son dos caras de la misma moneda. Entonces, cuando el banco central deja de funcionar como contrapeso a las veleidades expansionistas de los Gobiernos, es, te diría, que, hasta normal, que los gobiernos, sean del color que sean, digan, "pues vamos allá". Y así, se termina como Japón.

"El elefante en la habitación es que los bancos centrales han dejado de ser independientes"

¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

Primero te dicen que la deuda no importa, porque mientras el coste sea bajo, puedes seguir endeudándote. Luego te dicen que el coste de la deuda empieza a importar, pero que no pasa nada, porque como lo compra el banco central, pues todo va bien. Después te dicen que, como la mayoría de la deuda de Japón la compran los propios japoneses, no hay problema de deuda, y de repente, todas esas mentiras, que son mentiras, empíricas, que se repiten desafortunadamente entre personas aparentemente expertas, saltan. ¿Y cómo saltan? No saltan con una crisis de deuda como se puede imaginar, como saltan es con un estancamiento secular, que es lo que está ocurriendo. ¿Por qué? Porque el coste de la deuda a largo plazo es cada vez mayor. Los Estados cada vez generan un mayor desplazamiento del sector privado; el sector privado, ante la evidencia de que se dispara la deuda y el gasto, sabe que le van a subir los impuestos, y que la inflación va a ser persistente, y por ello la actividad manufacturera se va resintiendo. Es decir: es un proceso lento de empeoramiento generalizado que siempre se manifiesta en empobrecimiento de la clase media, en peores condiciones financieras para las pymes, en zombificación de grandes empresas que deberían estar en proceso de desaparición... etc.

¿Y la cuenta se paga con inflación?

No. No solo. Con inflación no se paga la cuenta; la cadena keynesiana no paga la deuda con inflación, ¿por qué? Porque cuando sube la inflación, el gasto nominal de los estados también se dispara, como estamos viendo en España, y entonces resulta que, a pesar de que tienes inflación, la deuda que se va diluyendo no es, ni de lejos, la cantidad de deuda que vas aumentando, y como se paga es con la combinación de empobrecimiento generalizado, inflación, mayores impuestos y menor crecimiento.

"La cadena keynesiana no paga la deuda sólo con inflación: se paga con empobrecimiento generalizado, impuestos y menor crecimiento"

¿Cree que China, con el apoyo de los BRICS, tiene la capacidad de adelantar a EEUU como líder mundial? En su libro menciona que "el dólar dejará de ser la divisa hegemónica en algún momento", y que "quien diga que no, es que no conoce la historia"…

En algún momento, seguro, igual que la libra esterlina... etc. Va a ocurrir, sí, pero que no va a ocurrir mientras las alternativas sean peores que el dólar, eso te lo garantizo.

¿Es el Bitcoin una alternativa?

No. El Bitcoin no puede ser una alternativa al dólar porque no puede generar la liquidez global que genera el dólar. Habría una depresión en el mundo financiero... los tipos de interés se dispararían... El Bitcoin no es una alternativa al dólar: es una alternativa a la destrucción del poder adquisitivo de las monedas para los ciudadanos, pero no una sustitución como la moneda que se va a usar a nivel global. Si coges la masa monetaria global e intentas sustituir eso por Bitcoin, no quiero decir lo que puede pasar: hablamos de la desaparición del crédito para las pymes y familias, de tipos de interés que se podrían ir al 50% o 60%... Eso no significa que las criptomonedas, y particularmente el Bitcoin, sean una conciencia de que una moneda tiene que ser reserva de valor, unidad de medida y método de pago generalmente aceptado. Por supuesto, cuando los ciudadanos miran, y ven el Bitcoin en cientoypicomil dólares, y el poder adquisitivo de la moneda, esa tan estable que nos emiten los estados, va para abajo, ven que hay un problema.

Pero, volviendo a China, creo que en su posición es imposible crear una alternativa al dólar, y mucho menos con los BRICS. Y la respuesta es muy sencilla, aunque mucha gente me diga que es una opinión, yo lanzo la pregunta a quien nos está leyendo: ¿Quién de ustedes aceptaría sus ahorros y su salario en una moneda emitida por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica? En el mundo monetario nos intentan vender que lo que hace una moneda sea reserva del mundo es el poder económico o militar de una economía, pero eso no es cierto. Lo que hace que una moneda sea reserva del mundo es la libertad económica, la independencia de las instituciones y la capacidad del sistema financiero de ser lo más transparente posible. Cuando tienes control de capitales, tipo de cambio inventado, y además estás uniendo a países cuyo historial es el inflacionismo... Hay que entender que no puedes tener una moneda alternativa al dólar si no tienes la libertad económica, individual, la seguridad inversora, la seguridad jurídica, y el sistema financiero abierto que tiene EEUU. Como el gobierno de China, legítimamente, no quiere tener esas cosas, sabe perfectamente que no va a tener una moneda de reserva del mundo. Con el subterfugio de los Brics, no intenta crear una moneda junto con Brasil, Rusia, India, Sudáfrica e Indonesia, sino que lo que intenta es yuanizar a esos países, y eso es distinto.

¿Expandir el yuan con sus socios?

Quiere que usen más el yuan en financiación internacional, en la ruta de la seda... yuanizar a los demás. Además, es lógico. Imagina por un momento al presidente del banco central de China, a quien he tenido el honor de conocer, lo que piensa ante la posibilidad de emitir una moneda con inflacionistas seriales, cuando el objetivo de tener el control del tipo de cambio y el control del capital, de tenerlo fijado, no es otro que el de tener una inflación lo más contenida posible, porque a 1.000 y pico millones de personas no les metes una inflación anual del 7% o 8% sin destruirlos, en un país con salarios bajísimos. Para mí es super evidente que China no quiere ser la moneda de reserva del mundo, pero que lo que quiere es yuanizar al resto. Y es evidente que usa su gigantesco superávit comercial, en dólares, para ese objetivo, y no para otro.

Usted defiende a Trump como "un antídoto contra el estatismo Woke", y señala que las elecciones de 2024 eran las más importantes de la historia de EEUU. El arranque de Trump ha estado centrado en la política arancelaria, y hay muchas teorías sobre el porqué de esta política. ¿Qué cree usted? ¿Por qué cree que ha hecho esta ofensiva arancelaria?

El presidente Trump es impredecible para quien piensa que no va a hacer lo que ha dicho que va a hacer. Que los aranceles son una medida de negociación creo que ya no es debatible. Yo he sufrido muchísimos ataques, pero ya no lo debate nadie: ya tienes acuerdo comercial con Reino Unido, con China, con Qatar, Emiratos, viene el de Japón... etc. No es ni debatible. ¿Cómo se lo explico a la gente? De dos maneras: el presidente Trump con los aranceles hace dos políticas, o tiene dos objetivos. El primero es usar los aranceles igual que los estados usan las armas nucleares; no las tienes para usarlas, si no para evitar que te ataquen. Los aranceles funcionan de la misma manera. Estados Unidos no puede imponer la agenda 2030 o la prohibición de X productos como hace China, o toda esa cantidad de trabas no arancelarias que ponen otros países. Entonces, los aranceles siempre han sido una forma en la que EEUU fuerza la negociación para equilibrar la balanza en cuanto al comercio. Y no es una novedad, parece que hay amnesia, pero los aranceles son la norma en el comercio global. Los países bálticos, que no tenían aranceles, para entrar en la Unión Europea tuvieron que ponerlos. Los aranceles de Bush, los de Reagan, los de Obama, los de Biden, de los que no se habla tampoco, siempre se han usado de la misma manera, para equilibrar la balanza. Porque el comercio mundial se ha conformado con una estrategia que ha sido perjudicar a EEUU para beneficiar a China y los emergentes, con el objetivo, probablemente legítimo, en su momento, de acceder a un mercado gigante, pero que luego no has tenido acceso a él. Yo creo que no hay ni que debatir. Solo hay que leer el libro "The art of the deal" que Trump escribió en 1988. No hay nada de lo que esté haciendo que no lo haya dicho claramente.

"El presidente Trump es impredecible para quien piensa que no va a hacer lo que ha dicho que va a hacer"

Entonces, son una herramienta de negociación…

Los aranceles son como medida de presión para negociar con EEUU, y, en segundo lugar, la utilización de el despertador para recordarle a los países, que la Unión Europea pone más aranceles a sus propias empresas, que a EEUU. Nos hemos despertado y Mario Draghi ha tenido que recordarnos que los aranceles internos de la Unión Europea nos cuestan un billón de euros al año. Fíjate qué curioso: cuando lanzó el Liberation Day Trump, con su tabla, los economistas decían que estaba mal hecho el cálculo. Ninguno de los países con los que Trump ha negociado ha dicho que el cálculo estaba mal hecho, ¿por qué? Porque no lo estaba. Todo el mundo sabe que el superávit comercial de los estados con EEUU, particularmente el de China y la Unión Europea, no es un superávit comercial no está generado por la cooperación espontánea entre empresas libres, sino que es un superávit generado por una doble relación entre barreras a EEUU y, a la vez, eximir de esas barreras a otros países. La Unión Europea impone barreras al automóvil, agricultura y ganadería y energía a EEUU, y, sin embargo, exime de esos aranceles a Marruecos, Turquía, China... etc.

¿No se defiende el libre comercio y la globalización?

Lo que hemos vivido hasta febrero de 2025 no es un mundo de libre comercio, si no un mundo de estatismo en el que se iban eligiendo ganadores y perdedores dependiendo de intereses políticos, y sabemos que ese superávit comercial con EEUU no es por cooperación libre y espontánea entre empresas libres, por una sencilla razón: el productor del mismo artículo en EEUU tiene costes muy inferiores de producción y energéticos todavía más bajos, y no puede vender en la UE, y en la UE tenemos costes de producción, laborales y energéticos que son el doble, o el triple en algunos casos, y resulta que exportamos de manera espectacular a EEUU. Eso no es por competitividad, ni por precio, y desde luego, no es por calidad. El caso de China también es evidente: al principio China enviaba productos baratos a EEUU, y efectivamente, EEUU se beneficiaba de la sobrecapacidad de China, pero hace mucho tiempo que eso ha cambiado. Hace mucho que no hay un beneficio, en precios, para los consumidores norteamericanos. Lo que hace es que la enorme sobrecapacidad que tienen esas economías se la está financiando EEUU.

Para solucionar la cuestión de la deuda, Trump parece que lo tiene complicado. Hasta ahora, la bajada de impuestos, o la política arancelaria no parecen estar destinadas a eso. El bono está más alto en rentabilidad, y le sale más caro refinanciar la deuda que cuando empezó el mandato. Los recortes de gasto que está llevando a cabo no son suficientes para cuadrar las cuentas. ¿Tiene que llegar algo más? ¿La única receta posible es la de Milei? ¿Qué haría usted?

Es muy difícil, porque hay toda una estructura en la que, si quieres llevar a cabo un proceso de eficiencia… es muy complicado. En EEUU hay dos tipos de gasto: el obligatorio y el discrecional. Si quieres llevar a cabo medidas de eficiencia en el gasto obligatorio, rápidamente se lanza la misma maquinaria demócrata que decía que había que auditar el fraude y la corrupción en el gasto obligatorio, dicen que se les quiere quitar los cheques a los pensionistas. Hay una enorme maquinaria que no quiere que haya ningún tipo de reducción de gasto. Y, por lo tanto, va a tener que venir de medidas más contundentes que el Big Beautiful Bill. Porque una reducción de 1,5 billones de dólares en una década, hablamos de 150.000 millones al año, y eso no es nada. Va a tener que haber una revisión importante, y va a tener que empezar por el lado de la defensa. EEUU gasta casi un billón de dólares en la defensa, y la administración Biden y Obama han impedido que se haga la más mínima auditoría de ese gasto. No se sabe dónde va. Fácil no lo va a tener... Mucha gente, correctamente, dice, "pero bueno, si tiene el Congreso y el Senado, y el Tribunal Supremo, y la presidencia", sí, pero hombre, tenemos la maravilla que es Estados Unidos, donde, gracias a Dios, los congresistas y los senadores no necesariamente votan a favor de las cosas que dice el partido. Lo tiene muy complicado. Muy muy complicado. Pero o se hace, o no hay otra opción más que llevar a cabo la reducción de gasto que se ha anunciado, y acelerar radicalmente la capacidad de la economía americana de crecer. En vez de acostumbrarte al 2%, llevarlo a un crecimiento del 3,5%, y eso se puede hacer, pero lleva más tiempo.

¿Cómo se puede hacer?

Bueno, entra otras cosas, mucho se habla de la hiperregulación europea, pero no nos olvidemos de la regulación estadounidense. Rex Tillerson solía decir que la hiperregulación estadounidense la adopta la UE y le añade un comité. Hay un montón de trabas a la inversión... etc., que se tienen que reducir. Judy Shelton, una gran economista norteamericana, tiene un libro estupendo en el que explica que tienes que llevar a cabo esa reducción de gasto, que se puede mover entre el billón o billón y medio de dólares, pero no a 10 años, si no inmediatamente, y entonces, que te muevas en un déficit del 2%, con un crecimiento del 3% o 3,5%, y un déficit comercial máximo del 2% o 2,5% también.

Usted defiende la globalización, en su libro, como una condición necesaria para el avance humano, y hay ciertos mensajes de Trump que hacen pensar que va en contra del espíritu globalista, y que puede ser el adalid de la desglobalización. ¿Cree que es así? El aislacionismo actual de EEUU choca con las políticas liberales...

Las políticas liberales, ni están ni se las espera. Pero la pregunta es muy buena, al decir "espíritu globalista". Es que lo que nosotros hemos vivido ha sido, obviamente, los enormes beneficios de la globalización, con los cuales la administración Trump no tiene el más mínimo problema, como la cooperación libre, apertura económica, apertura inversora... movimiento de capitales... y nos han metido, como explico en el libro, un regalito, que es lo que tú has llamado globalismo, o globalitarismo. Que es convertir los entes supranacionales y las grandes organizaciones internacionales en máquinas contra la democracia liberal y Occidente. Lo que hemos visto ha sido que se ha permitido a un país, a China, que juega con otras reglas, que no tiene instituciones independientes, un sistema judicial independiente, que no tiene un sistema financiero transparente, que no sabemos cuáles son las pérdidas por la ruta de la seda, que son gigantescas. Lo que ha pasado en China es el equivalente a la explosión de la mayor burbuja inmobiliaria de la historia y una crisis financiera brutal, y no te has enterado. No sirve hablar de un orden mundial de multilateralismo en el que hay unos jugadores que juegan con reglas diferentes y además juegan a que se agrande la portería del contrario. La administración Trump no tiene nada contra la globalización, pero lo tiene todo contra un sistema que se ha creado para perpetuar estos estados depredadores de los que yo hablo.

Se ha hablado mucho en las últimas décadas de las políticas comerciales deshonestas de China frente al resto del mundo: la obligación de establecer Joint Ventures que muchas veces eran un fracaso porque la compañía china se quedaba con la propiedad intelectual…

Son cosas de lógica. Lo que no puedes es considerar simplemente que porque es un país muy grande se le puede permitir cualquier cosa. No lo hacíamos con la URSS. Todo el mundo entendemos que, comerciar con dictaduras, o con países donde no hay seguridad jurídica, seguridad inversora... etc., se puede hacer, pero hay una serie de mecanismos para protegerte y evitar que eso se convierta en un blanqueamiento de ese sistema. Lo que ha ocurrido en las últimas décadas es que ha habido el espejismo de que íbamos a crecer muchísimo en China, a cambio de que creciesen muchísimo en nuestros países, con otras reglas. Y lo que dice la administración Trump, la de Obama, la de Biden, la de Clinton, la de Bush... es, ojo, esto no es globalización, esto es chinificación, si se puede usar ese término que me acabo de inventar. No puedes decir que hay cooperación cuando hay los gigantescos problemas de propiedad intelectual... etc. ¿Qué todo eso se puede solventar? Claro, pero desde la seriedad y el compromiso.

Lea la segunda parte de la entrevista en elEconomista.es aquí.