Bolsa, mercados y cotizaciones
La deuda global se enfrenta a su peor enero desde 2009 al caer un 2,4%
- El enfriamiento en la expectativa de recortes de interés pasa factura a este activo
- La deuda pública también recibe otro de los mayores golpes, con pérdidas del 2,78%
- El dinero aún se va hacia los fondos monetarios en este inicio de año
Cristina García
Uno de los riesgos que planeaba sobre la renta fija en este ejercicio es que las altas expectativas sobre las bajadas de tipos de interés dibujadas en la recta final de 2023 no se cumpliesen, o se enfriasen. Y esto último es lo que está pasando. Los inversores llegaron a descontar hasta siete recortes en el precio del dinero este año, frente a los cinco actuales. Esta moderación es lo que explica que los inversores estén deshaciendo posiciones en los bonos, hasta el punto de que el precio de la renta fija mundial cae ya un 2,42% en el que es su peor mes de enero desde 2009, según el índice de Bloomberg y Barclays.
Las pérdidas en este inicio de año son generalizadas, y van desde el 3% que retrocede el precio de los bonos ligados a la inflación (algo lógico puesto que se usan a modo de protección cuando los precios suben, y ahora están moderándose), hasta 0,68% que baja el del high yield estadounidense.
En el caso de la deuda pública, que ocupa uno de los escalones de menor riesgo dentro de todo el abanico de opciones, sufre uno de los mayores golpes. Su precio se ha desplomado un 2,87% -sólo el de los bonos ligados a la inflación cae más-, y, como sucede en la deuda global, este mes también vive su peor enero desde 2009. Por poner un ejemplo, la rentabilidad del bono americano a 10 años empezó el año en el 3,8%, y ha escalado hasta el 4,09% -aunque el viernes llegó a tocar el 4,18%-. Esto implica, a efectos prácticos, una pérdida latente del 1,7% por precio para quien comprase el 1 de enero. Esto mismo sucede en el resto de referencias europeas, aunque ayer hubo compras.
El menor optimismo en cuanto a la relajación monetaria se ha reflejado también en el posicionamiento de los gestores: los bonos ya no ocupan un lugar preferente en sus carteras, según la útima encuesta de Bank of America, publicada la semana pasada. Prefieren la liquidez en un momento en el que la deuda a corto plazo ofrece rentabilidades similares o incluso superiores a la de algunos bonos a largo plazo. Según estimaciones de la gestora francesa Ofi Invest AM, que pese a todo ve más potencial en la renta fija que en la renta variable, "los bonos de mercados monetarios rentarán entre el 2,5% y el 3%".
El factor geopolítico también puede presionar el precio de los bonos, aunque por ahora no es algo que preocupe en exceso a los expertos, que siguen optimistas con la idea de que el aumento de la tensión geopolítica no hará descarrilar a una inflación que lleva meses a la baja. "Es probable que la geopolítica siga ocupando un lugar destacado, pero creemos que es importante disociar las decisiones generales de inversión de la política. No esperamos que la reciente escalada en Oriente Medio tenga un impacto importante en la inflación mundial, aunque puede añadir volatilidad al mercado a corto plazo", reflexiona Mark Haefele, director de inversiones de UBS Global Wealth Management.
También hay algunos activos dentro del universo de la renta fija que escapan de las ventas de los inversores en estas primeras semanas del año, aunque son la minoría. Entre las excepciones se encuentra la deuda china, cuyo precio repunta un 0,39%, y la de los bonos de alto rendimiento europeos (ver gráfico).
¿Qué esperar de la renta fija a partir de ahora?
Detrás de estos movimientos a corto plazo se esconden expectativas de rentabilidad positivas, según Bloomberg. Las más elevadas las ofrece el high yield, a pesar de que el año pasado ya ofreció rendimientos de doble dígito.
De cara a este año, "teniendo en cuenta el nivel actual de carry, en términos de diferenciales, tipos de interés sin riesgo e impagos, prevemos un rendimiento positivo para el mercado high yield mundial en 2024, entre el 5% y 7%", opina Akram Gharbi, director de inversiones high yield de La Française AM. "Históricamente, basándonos en los últimos 6 ciclos monetarios en EE.UU., el rendimiento de este mercado ha sido sistemáticamente positivo cuando la Fed ha puesto fin al endurecimiento de la política monetaria", explica.
La rentabilidad proyectada por los índices de Bloomberg y Barclays para este activo es todavía superior. Llega al 8,4% en el caso de los bonos high yield globales y se modera hasta el 7,9% en el de los americanos y hasta el 7,51% en el de los europeos.
En cambio, el rendimiento que se puede esperar de una cartera de bonos global ronda el 3,71%. Esta rentabilidad llegó a ser del 4,4% a mediados de octubre, justo antes de que la renta fija iniciase un rally que la llevó a vivir sus mejores dos últimos meses del año desde 1990 y que sirvió para borrar las pérdidas que hasta ese momento sufría el que partía como uno de los activos favoritos del año.
Otra avalancha de dinero hacia fondos monetarios
Los fondos monetarios, que conceptualmente se usan para aparcar la liquidez, recibieron un aluvión de dinero el año pasado. Y la tendencia continúa en 2024. Según un informe de Bank of America, este tipo de productos ha recibido 163.000 millones de dólares en las dos primeras semanas de 2024, en el que es "el mejor comienzo de año jamás registrado", dicen. Lo más habitual es que los fondos monetarios construyan sus carteras con renta fija de una duración media de tres meses, aunque también hay productos a ultra corto plazo. El año pasado, los fondos monetarios a la venta en España cerraron con una rentabilidad del 3%, según Morningstar.