Bolsa, mercados y cotizaciones
El FMI da la voz de alarma: los bancos centrales podrían subir los tipos más rápido de lo que prevé el mercado
- Baraja que lleven los tipos por encima de los niveles considerados neutrales
- En EEUU sobrepasarían el 2,5%, más de lo que descuenta el mercado
Vicente Nieves, Mario Becedas
La nueva realidad geopolítica está dificultando sobremanera la misión fundamental de los bancos centrales: la estabilidad de precios. Aunque estas instituciones ya se enfrentaban a un panorama complejo incluso antes de la invasión de Ucrania (la inflación ya se encontraba en niveles históricamente elevados), ahora el contexto es aún más complejo si cabe, puesto que el crecimiento de la economía ha comenzado a perder impulso.
Si la banca central se decide a cumplir con su mandato, deberá implementar políticas restrictivas (subidas de tipos y reducción de balance) para llevar a la inflación de vuelta a la meta, siempre teniendo en cuenta que un endurecimiento excesivo de las condiciones financieras globales perjudicará el crecimiento económico. Pese a ese riesgo, desde el FMI creen que los bancos centrales se podrían ver obligados a endurecer su política monetaria incluso más deprisa de lo que vaticina el propio mercado para intentar que las tasas de inflación vuelvan a una senda sostenible.
El dilema de la banca central
Los bancos centrales se enfrentan a un escenario cuando menos desafiante: luchar contra la inflación persistente y salvaguardar la recuperación en un momento de gran incertidumbre sobre las perspectivas económicas mundiales, al mismo tiempo que evitan un endurecimiento desordenado de las condiciones financieras mundiales.
La banca central tiene que soplar y sorber al mismo tiempo, algo casi imposible y que rara vez ha funcionado a lo largo de la historia. Finalmente, tendrá que decantarse por luchar contra la inflación (a riesgo de dinamitar la recuperación) o seguir estimulando la economía (a riesgo de echar mucha más leña al ya descontrolado fuego de la inflación).
Desde el FMI apuestan por que los bancos centrales intentarán cumplir con su mandato y se verán obligados a subir los tipos de interés con más rapidez de lo esperado incluso por los mercados. Tobias Adrian, director financiero del FMI, ha destacado durante la presentación del informe de estabilidad financiera que "es posible que muchos bancos centrales tengan que avanzar incluso más rápido de lo que actualmente se cotiza en los mercados para contener la inflación".
El economista del FMI ha incidido en que esto podría llevar los tipos de interés de política monetaria por encima de los niveles neutrales (el nivel neutral es aquel en el que la política monetaria no es ni acomodaticia ni restrictiva y es consistente con la economía manteniendo el pleno empleo y la inflación estable). "Es probable que esto conduzca a condiciones financieras globales aún más estrictas", ha advertido el experto.
Esto supone que los tipos de interés podrían superar el 2,5% en EEUU y el 0% en la Eurozona, lo que llevaría a la política monetaria a una posición restrictiva para enfriar la economía. Esta postura monetaria busca contener la demanda, rebajar las valoraciones de los activos y en definitiva reducir el crecimiento para ayuda a que la oferta se acople a la demanda con mayor rapidez, conteniendo así el incremento constante de los precios.
La alerta del FMI supone tanto un salto cualitativo como cuantitativo, ya que el mensaje preponderante estos meses ha sido que los mercados estaban siendo muy agresivos al anticipar los movimientos de los bancos centrales. Ahora mismo, los operadores anticipan al menos ocho (muy cerca de nueve) subidas de tipos del 0,25% por parte de la Fed (contando con la aprobada en la reunión de abril) en lo que queda de 2022. El año acabaría con los tipos en el 2,5%, el referido tipo de interés neutral para EEUU.
De ocurrir el escenario anticipado por los economistas del FMI, la Fed llevaría los tipos a los niveles que han defendido algunos de sus más destacados 'halcones', como el presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, que ha abogado repetidamente por dejar los tipos por encima del 3% este mismo año para combatir la alta inflación, que ya supera el 8% en EEUU. En sus últimas declaraciones, incluso, ha abierto la puerta a subidas de 75 puntos básicos esta primavera, cuando el debate hasta hace bien poco era sobre si se pondrían sobre la mesa alzas del 0,5%.
Bullard ha llegado a citar la famosa Regla de Taylor, una teoría desarrollada por John Taylor, de la Universidad de Stanford, que utiliza la inflación, la tasa de desempleo y una estimación del tipo de interés neutral para llegar a su estimación de hasta dónde deben llegar los tipos. "Se concluye que el tipo de interés actual es demasiado bajo en unos 300 puntos básicos, según este cálculo", ha defendido.
En el caso de la Eurozona, los mercados descuentan unas seis subidas de tipos de un 0,1% hasta acabar el año con la tasa de facilidad de depósito en el 0% respecto al -0,5% actual. Una apuesta que suscribe una mayoría de analistas, que barruntan una subida del 0,25% en septiembre y otra igual en diciembre.
Todo ello pese a que Christine Lagarde y los suyos han evitado dar pistas, no llegando a confirmar siquiera en qué punto del tercer trimestre concluirían las compras de bonos en el marco del programa APP y dejando en un ambiguo "algún tiempo después" el espacio temporal entre la finalización de las compras y la primera subida de tipos. En la reunión de marzo, el BCE eligió esta expresión en sustitución de la que venía empleando: "El Consejo de Gobierno espera que las compras netas finalicen poco antes de empezar a subir los tipos de interés oficiales del BCE".
Endurecimiento financiero
Unos tipos de interés más altos y la vuelta a la normalidad de los balances tras las políticas excepcionales de la pandemia conducirán eventualmente a condiciones financieras más estrictas, aseguran desde el FMI. Esto a su vez puede desencadenar ciertos movimientos en los mercados para buscar una nueva posición de equilibrio a través de un ajuste de precios que tengan en cuenta el nuevo contexto de tipos de interés más altos.
"Tal ajuste es, de hecho, un objetivo previsto de la política, necesario para desacelerar la demanda agregada. Dado que se espera que la inflación se mantenga obstinadamente alta y significativamente por encima del objetivo en muchas economías avanzadas, los bancos centrales deben actuar con decisión para evitar que la presión inflacionaria se afiance y evitar que se desaten las expectativas de inflación", destaca el informe.
El riesgo de la espiral precios-salarios
A medida que continúa la guerra en Ucrania, el aumento de los precios de las materias primas y las interrupciones en las cadenas de suministro mundiales plantean más riesgos al alza para las perspectivas de inflación. En medio de mercados laborales ajustados (baja tasa de paro) y una demanda todavía sólida, existe el riesgo de que los aumentos de salarios y precios se consoliden.
Con este contexto de alta inflación y mercados laborales ajustes se está generando un caldo de cultivo que amenaza con desanclar las expectativas de inflación. De modo que desde el FMI creen que "los bancos centrales de las economías avanzadas tendrán que normalizar la orientación de la política monetaria a un ritmo más rápido de lo que se preveía hace solo unos meses para que la inflación vuelva a situarse de forma creíble en el objetivo".
El FMI recomienda a los responsables de la política monetaria proporcionar una orientación clara sobre el proceso de normalización de la política, sin dejar de depender de los datos, pero mostrando con claridad cuál es la tendencia y el camino a seguir en las próximas reuniones de política monetaria.
Dado que sigue existiendo un importante grado de acomodación (como demuestran unos tipos reales aún significativamente negativos en muchas economías avanzadas), "los responsables políticos podrían considerar la posibilidad de acelerar el ritmo de normalización de los balances para lograr el deseado endurecimiento de las condiciones financieras", recomiendan desde el FMI.