El turismo de cruceros suele estar acompañado de un debate sobre si dejan el dinero suficiente en las ciudades o sobre la contaminación que generan. Y además, suele tener colgado el sambenito de turismo para personas mayores. Sin embargo, los últimos datos que proporciona la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (Clia) revelan que el sector de cruceros está en claro ascenso en el continente europeo y especialmente en España que se ha posicionado como el segundo país receptor y cuarto emisor de cruceristas. Kevin Bubolz, director general de Norwegian Cruise Line (NCL) en Europa, confirma el atractivo de España para el sector y desmiente que turismo de cruceros sea para personas mayores. "Definitivamente en España no es para gente mayor, aquí el turismo es muy joven, de hecho tenemos a familias enteras o parejas", explica
La industria de los cruceros batió récords y aportó 47.860 millones de euros a la economía europea en 2017, según los datos de Clia. Un amento que se cifra en un 16'9 por ciento en comparación con las anteriores cifras publicadas en 2015. Respecto al mercado nacional, España se ha posicionado como el quinto mercado que más se beneficia de la industria de cruceros en Europa con 1.481 millones de euros de contribución directa, lo que representa un aumento del 12 por ciento respecto al 2015. Asimismo, la industria generó 1.233 puestos de trabajo, un 9,3 por ciento más.
Para Norwegian Cruise Line, España es el segundo mercado más importante después de Alemania. Y el puerto de Barcelona es uno de los más relevantes como puesto de salida de itinerarios. Una realidad que permite a la Ciudad Condal recibir un impacto económico mayor con los turistas que recibe antes de comenzar el crucero, "interesados por conocer la ciudad", comenta Kevin.
A pesar de estos buenos datos, algunas ciudades como Venecia han comenzado a regular la llegada de cruceros. No obstante, el director general para Europa de NCL comprence esta regulación: "Tiene que haber una regulación, si todos los barcos que llegan a puerto solicitan entrada y el puerto acepta siempre, entonces estará lleno y no será bueno para nadie. Para nosotros es muy importante que la experiencia de nuestros clientes en las ciudades sea buena, pasen un buen tiempo y que no esté muy masificado".
Amplitud y libertad
Lo cierto, una de las señas de identidad de esta compañía es apostar por la máxima comodidad y libertad de sus huéspedes. Así, la nueva flota de barcos encargada por NCL, la Clase Leonardo, son de menor tamaño que otras de sus embarcaciones pero tienen una capacidad menor de pasajeros para propocionar así una mayor comodidad. "Con 140.000 toneladas brutas y capacidad para 3.300 pasajeros, esta clase de barcos de la próxima generación se basará en la oferta de libertad y flexibilidad ", explica la compañía.
En este sentido, NCL también se enorgullece de que su lema Freestyle Cruising, una meta empresarial que se basa en la flexibilidad de no tener horarios fijos para comer ni asientos preasignados, camarotes de gran lujo, una gran oferta de espectáculos donde elegir o su programa todo incluido durante la estancia a bordo.
NCL desde su nacimiento se propuso hacer de los cruceros algo diferente. Un compromiso que se evidencia en los cascos de sus buques, siempre pintados de manera original y llamativa como el dibujo del Norwegian Encore, obra de español Eduardo Arranz-Bravo.