Con el verano a la vuelta de la esquina, el sector heladero se prepara para surtir a los acalorados turistas de un sinfín de sabores. Y para ello las casas de helado más prestigiosas trabajan durante el invierno para encontrar la mezcla perfecta entre sabor, originalidad y bizarrísimo.

A pesar de que al final los sabores más solicitados acaban siendo los de limón, fresa, chocolate o vainilla, cierto es que poseer una carta de sabores originales como aceite de oliva, jamón serrano o mojito da caché a cualquier heladería que se precie.

La compañía británica Lick Me I'm Delicious, fundada por el heladero Charlie Harry Francis, tiene clara esa premisa y desde su nacimiento en 2011 está revolucionando al sector de los helados por sus particulares sabores y su innovadora forma de realizarlos.

Hijo de un padre heladero y de una madre pastelera, el joven Charlie  se dedica a crear innovadoras máquinas que puedan hacer helados de cualquier sabor, y de manera instantánea.

The Nitro Ice Cream Parlour es una de ellas y es capaz de hacer helados para 1.500 personas. Esta máquina - que puede alcanzar los 8.000 dólares de precio- utiliza un sistema de inyección de nitrógeno líquido para crear los deliciosos sorbetes.

Así, Lick Me I'm Delicious ha creado a lo largo de su corta historia cientos de sabores y ofrece a sus clientes la posibilidad de crear los que ellos deseen.

Dos de los qué que más repercusión tuvieron en los medios de comunicación fueron el helado de viagra y el de medusa. De color azul, el helado de viagra es una crema con sabor a champán que alberga una píldora vasodilatadora en su interior.

El de medusa, por su parte, tiene la capacidad de hacer brillar la lengua. Sin embargo, para conseguir este efecto el sabor del helado resulta muy salado. El precio por una tarrina de medusa llegó a alcanzar 200 dólares. Otros sabores creados por esta especie de Willy Wonka real son: ginebra, curry o wasabi.