
El presidente español, Mariano Rajoy, y su homólogo portugués, Pedro Passos Coelho, han solicitado tanto al Consejo Europeo como a la Comisión Europea una condena formal al ataque que este sábado protagonizó el primer ministro griego, Alexis Tsipras, contra ambos países.
Tsipras acusó a Madrid y Lisboa de formar un "eje contra Atenas", cuya actividad iría dirigida a intentar "derribar su Gobierno".
Horas después, la Presidencia de España rechazaba la acusación, así como pertenecer a un eje de aliados opuestos a Grecia.
Sin embargo, según publica este domingo el diario El Mundo, citanto fuentes presidenciales, Mariano Rajoy habría decidido dar un paso más y ponerse en contacto con los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el de la Comisión, Jean Claude Juncker, para solicitarles una condena formal al gesto hostil de Tsipras desde Grecia.
La misma línea pretende seguir el Gobierno portugués, encabezado por su primer ministro, Pedro Passos Coelho.
"Ninguna circunstancia de política interna ha interferido en la posición española en el Eurogrupo y no se ha articulado eje alguno con otros socios", señalaron fuentes del Ministerio de Economía a última hora de este sábado.
El eje de Tsipras
Tsipras advirtió de la existencia de un eje Madrid-Lisboa contra Grecia que ha intentado "derribar su gobierno" y hacer fracasar las negociaciones con el Eurogrupo para tratar de reestructurar la deuda del país. "Nos encontramos con un eje de poderes, liderado por los gobiernos de España y Portugal quienes, por motivos políticos obvios, intentaron llevar al abismo las negociaciones enteras", ha declarado en un discurso.
"El Gobierno español ha impulsado el acuerdo con Grecia desde la flexibilidad, solidaridad y el respeto a las reglas que hemos mantenido siempre", han puntualizado las mismas fuentes. Además, el Ejecutivo ve "de manera primordial la estabilidad del euro como un activo esencial para el bienestar de los ciudadanos dentro de una comunidad de intereses y de respeto" como la Unión Europea.
En este sentido, desde el Ejecutivo confían en que el Gobierno griego valore dicha estabilidad del euro "de la misma forma" al mismo tiempo que han animado al país heleno a seguir trabajando por el proyecto común y "por el futuro de la sociedad griega".