En Alicante parece que existe una condición imprescindible para ocupar la alcaldía: estar imputado. Desde ayer, el concejal del PP, Andrés Llorens, sustituirá como alcalde de la ciudad a Sonia Castedo, de baja por maternidad.
La particularidad común entre ellos es que ambos tienen causas pendientes con la Justicia. Mientras que Castedo está imputada por su presunta relación en una de las tramas del caso Brugal, Llorens tiene una causa abierta por supuestas irregularidades en la adjudicación de una obra pública.
Una peculiaridad que deja a la Administración en muy mal lugar.