Motor

Obama da una última oportunidad a GM y Chrysler antes de declararlos en quiebra

Barack Obama, presidente de Estados Unidos.

El Gobierno de EEUU ha emplazado a GM a presentar un nuevo plan de reducción de costes en 60 días y a Chrysler a lograr un acuerdo definitivo con Fiat en 30 días para obtener una nueva ayuda federal. El presidente del Gobierno, Barack Obama, ha asegurado que no dejará caer a la industria automotriz del país pero que se deberán tomar "decisiones difíciles".

"No podemos, no debemos y no dejaremos desaparecer a nuestra industria automotriz", ha prometido hoy Obama al presentar en la Casa Blanca un plan de rescate del sector.

El presidente advirtió, sin embargo, que "hay empleos que no podrán ser salvados y plantas que no reabrirán" y que los grupos General Motors (GM.NY) y Chrysler, sostenidos con fondos públicos, deberán tomar "decisiones difíciles".

"Este sector es más que ningún otro, un emblema del espíritu estadounidense y un símbolo del éxito de Estados Unidos", estimó Obama. "Es uno de los pilares de nuestra economía", agregó. En este sentido, el mandatario consideró que el sector automotor deberá realizar un esfuerzo "sin precedentes".

En caso que General Motors y Chrysler no presenten planes que permitan regresar a la rentabilidad, es posible que precisen recurrir al proceso de bancarrota "como un mecanismo para ayudarles a reestructurarse rápidamente y emerger fuertes". Si emplean esta opción, estas empresas podrán "limpiar antiguas deudas que les están pesando para volver a encaminarse", señaló Obama.

Plazos para un nuevo plan

El Gobierno estadounidense apoyará sólo temporalmente a General Motors y Chrysler para que efectúen una reestructuración más radical que la anunciada inicialmente.

La Administración del presidente estadounidense, Barack Obama, justificó la decisión porque "el plan remitido por General Motors (GM) y Chrysler el 17 de febrero no estableció un camino creíble hacia la viabilidad", lo que no justifica "una nueva inversión sustancial" de dinero público.

Sin embargo, el gobierno estadounidense dijo que está convencido que GM "con una reestructuración más fundamental, emergerá de este proceso como una empresa más fuerte y competitiva". "Seré claro: el Gobierno de EEUU no tiene ni el interés ni la intención de hacerse cargo de GM", ha asegurado Obama.

Washington proporcionará a GM dinero durante 60 días "para desarrollar un plan de reestructuración más agresivo y una estrategia creíble para implementar ese plan".

En este contexto, Rick Wagoner, hasta hoy presidente de General Motors, fue obligado a presentar su dimisión por la Casa Blanca, que amenazó con no conceder más dinero a la empresa si el ejecutivo seguía al frente, según ha señalado hoy el periódico The Wall Street Journal.

Chrysler lo tiene más difícil

Con respecto a Chrysler, "la Administración ha concluido a regañadientes que Chrysler no es viable como una compañía independiente". Pero Washington entiende que el acuerdo provisional entre Chrysler y Fiat, aunque tiene que superar "obstáculos sustanciales", "podría ser la base de un camino hacia la viabilidad".

El Gobierno proporcionará a Chrysler capital para que funcione durante 30 días "para finalizar el acuerdo con Fiat y asegurar el apoyo de las partes interesadas". Sólo si se produce esto, Washington proporcionará otros 6.000 millones de dólares a Chrysler.

La Casa Blanca dijo que respaldará las ventas de vehículos de los dos fabricantes durante este periodo con "un innovador programa de garantía".

Finalmente, la Casa Blanca ha nombrado a Edward Montgomery, ex vicesecretario de Trabajo, como director de Recuperación para Trabajadores del Automóvil y sus Comunidades para ayudar con la reconversión de aquellas regiones que dependen del sector del automóvil.

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