Motor

Los coches consumen hasta un 45% más de lo que anuncian oficialmente

Seis asociaciones de consumidores europeas han denunciado hoy lo irreales que son las cifras de consumo que los fabricantes de automóviles anuncian de sus modelos. En concreto, aseguran que son entre un 17% y un 45% más altas de lo que prometen.

Estas asociaciones, entre las cuales está la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ha realizado una medición real del consumo y las emisiones de CO2 de los modelos que hay en el mercado y luego las han comparado con las cifras oficiales que las marcas otorgan a cada uno de esos coches.

La conclusión que han sacado de este análisis es muy clara: "las mediciones siempre son superiores a las publicadas por los fabricantes y que crecen año tras año".

En concreto, señalan que en sus últimas mediciones han encontrado diferencias que oscilan entre un 17% para el Mazda 3 y un 45% para el Toyota Yaris híbrido.

"Esta subestimación de los fabricantes no tiene nada de accidental. Un estudio del Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT) revela que la diferencia entre las cifras anunciadas y las reales ha pasado del 10% en 2011 al 25% en 2012. Una diferencia que se traduce en un sobrecoste en combustible para el automovilista de 300 euros al año", afirman estas asociaciones de consumidores.

Trucos de todo tipo

¿Cómo se explican estas crecientes diferencias de emisiones y consumo, tan negativas para el automovilista? Las asociaciones de consumidores denuncian que los fabricantes emplean todo tipo de recursos tecnológicos para sacar provecho del actual Ciclo de Homologación de Consumo (NEDC), que además poco tiene que ver con una conducción real. Así realizan las marcas las pruebas de consumo.

Por ejemplo, cuando realizan las pruebas, las marcas colocan neumáticos más hinchados de lo normal y de baja resistencia a la rodadura, o camuflan los salientes del coche para mejorar la aerodinámica.

Ante esta situación, las organizaciones solicitan la aplicación desde 2017 del Worldwide Light Duty Test Procedure (WLTP), como un protocolo que permite evitar dichos trucos y mejorar el actual ciclo de homologación de consumo. El Parlamento Europeo ha propuesto que se aplique desde 2017, pero algunos estados miembros quieren retrasar su entrada en vigor hasta 2020.

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