Motor

Epsilon e Hiriko, dos fracasos que suman 64 millones en ayudas públicas

  • Apenas tenían inversión privada y el Parlamento vasco pide responsabilidades
Hiriko, el coche eléctrico vasco

Los proyectos del gran centro tecnológico de automoción Epsilon Euskadi, equipo de alta competición, y el desarrollo del coche eléctrico 100 por ciento vasco, Hiriko, quedarán en la historia como dos de los fiascos más grandes de la industria automovilística vasca y más caros para las arcas públicas.

Entre el Gobierno vasco, en la etapa de Juan José Ibarretxe, y el Gobierno central de José Luis Rodríguez Zapatero, a estos proyectos se les aprobaron subvenciones públicas que sumaron 64 millones de euros (48 millones en Epsilon y 16 millones en Hiriko), aunque no llegaron a entregarse en su totalidad al incumplir los promotores los compromisos asumidos y entrar en concurso de acreedores. En Epsilon las pérdidas públicas superan los 25 millones.

Ambos proyectos se presentaron como verdaderas revoluciones tecnológicas e impulsores de una nueva industria de alto valor añadido. Pero había otro elemento en común entre ambos: una bajísima inversión privada y, por tanto, una importante dependencia de ayudas públicas.

Epsilon iba a ser un gran centro tecnológico de automoción y una escudería de Fórmula 1. Cabe recordar que en el caso de Epsilon Euskadi, existe una sentencia de 2013 contra Joan Villadelprat, por concurso culpable al llevar a la empresa a la quiebra.

Hiriko , promovido por la asociación Afypaida, encabezada por Jesús Echave, aspiraba a movilizar una inversión de 170 millones en 10 años, a producir 25.000 coches eléctricos al año en 2020 y suponer una revolución industrial, ya que para su montaje no necesitaba de grandes factorías al ser modular. En este caso, tras entrar en concurso, sus desarrollos y patentes están en manos privadas, en la sociedad Tokiko Engineering, en la que participan socios de la antigua Afypaida.

Responsabilidades políticas

El fracaso de ambas iniciativas, avales irregulares y las grandes pérdidas para las arcas públicas, motivaron una Comisión de Investigación en el Parlamento vasco que la pasada semana determinó responsabilidades políticas del Ejecutivo del PNV entre 2006-2009, por el alto riesgo económico asumido en el proyecto de Epsilon "sin sólidos fundamentos industriales, comerciales y de generación de empleo".

En Hiriko no pide responsabilidades políticas porque aún no se ha hecho la fiscalización de las ayudas concedidas, pero si advierte del riesgo asumido al carecer de "falta de visión estratégica al no haber apreciado los riesgos de homologación" que implicaba y que también era un proyecto que prácticamente se sustentaba en las ayudas públicas.

El trabajo abarcado por la Comisión de Investigación del Parlamento vasco afecta sólo a la parte de las ayudas vascas, pero deja entrever responsabilidades en el Gobierno central, liderado entonces por el PSOE, que en aquellos años necesitaba el apoyo del PNV para tener mayoría en el Congreso.

Al parecer varios grupos han presentado interpelaciones en el Congreso y están reclamando una fiscalización de las ayudas del Gobierno central.

Además la fiscalización de las ayudas públicas concedidas a Epsilon ha desestabilizado el funcionamiento del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, después de que su presidente, José Ignacio Martínez Churiaque, desvelase que la auditoría fue edulcorada y censurada con los votos de PNV y PSE.

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