
La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha protagonizado una insólita decisión que podría generar bastante enfado en el paddock. Apenas unas horas después de limitar el uso del difusor soplado que tanto beneficia a Red Bull, el organismo ha decidido darle de nuevo luz verde con un periodo de gracia extraordinario.
La medida había sido aplaudida por buena parte de los equipos, especialmente los perseguidores de Red Bull. Todos los conjuntos perderían tiempo con ella, pero especialmente lo harían los monoplazas de Vettel y Webber.
Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, no descartó que detrás de esta prohibición inicial estuviera algún competidor directo de la escudería austríaca. "Es la inevitable y desafortunada consecuencia del éxito", comentó Horner.
Hoy, apenas unas horas después de esas palabras, la FIA parece escuchar las quejas de Horner. La norma no entrará en vigor probablemente hasta la próxima temporada. En junio se mantendrá una nueva reunión técnica para evaluar el caso.
Este mecanismo permitía a algunos equipos mejorar sus tiempos manteniendo los gases del tubo de escape, los cuales fluyen constantemente por el difusor trasero aún cuando los pilotos no están acelerando. La FIA había limitado su uso para determinadas circunstancias, lo que haría recortar considerablemente los tiempos de los coches que sí usaban esta técnica.