Las dudas que se ciernen sobre el equipo Hispania y su viabilidad en la Fórmula 1 han vuelto a levantar la opción de que el equipo de Carabante busque una fusión con la marca Epsilon Euskadi. Posibilidad factible a la que Joan Viladelprat, su presidente, ha puesto freno: "Sólo lo aceptaríamos si nos hacen una oferta seria con un presupuesto a tres años vista de 100 millones por temporada".
La respuesta de Viladelprat no cierra definitivamente las puertas al acuerdo. Sólo lo matiza y circunscribe a un objetivo: no estar en la Fórmula 1 por estar, sino participar para competir con seriedad.
"Epsilon tiene una fuerte estructura industrial para ofrecer de todo a quien llegue con un interesante inversión. Con menos de cien millones por temporada no se hacen las cosas decentemente. Esa cifra sería el punto de partida inicial para comenzar a hablar. Además, no diríamos que sí a una plan que solo fuera a un año vista. Esto tiene que ser a largo plazo, mínimo tres años", afirma Viladelprat a EcoMotor.es
A tenor de estos parámetros, hoy por hoy, la colaboración entre Hispania y Epsilon es inviable. "Este año hemos manejado un presupuesto de 45 millones de euros. El año que viene podríamos llegar a 65, aunque nuestro objetivo está entre los 120 y 130", argumentó José Ramón Carabante el pasado martes en la Cadena SER.
Los números de ambos, simplemente, no casan.
Un acuerdo fraccionado
Con la más que ruptura del acuerdo entre Toyota e Hispania, la escudería española necesitará de algún apoyo que le permita mejorar el desarrollo de su monoplaza. De haberse llevado este plan a buen puerto, Carabante y los suyos habrían contado con una fábrica en Colonia (túnel del viento incluido) para fabricar un buen coche.
Ahora todo es distinto y hasta la viabilidad del proyecto se tambalea. Por eso Hispania necesita colaboradores nuevos de cualquier forma. Si bien no en formato fusión (Hispania y Epsilon compartiría nombre en la parrilla), la colaboración podría llegar por otras vías.
"Si estuviéramos hablando sólo de trabajar juntos en áreas concretas, nuestras exigencias cambiarían. No es necesario que haya fusión para ser socios. Podemos poner nuestras instalaciones y nuestro trabajo a disposición de HRT en partes concretas del desarrollo del coche como, por ejemplo, el túnel del viento. Eso ya tendría un coste diferente", argumenta Viladelprat.
Su escudería optó a finales de 2009 a entrar en la Fórmula 1, pero finalmente se quedó sin licencia para acceder. Hispanía sí que lo hizo pero con muchos problemas y casi sin tiempo para hacer más que sobrevivir en la última plaza de la parrilla.
El pasado mes de agosto se produjo un acercamiento entre ambas partes, pero el acuerdo, informal, no se concretó. "Desde entonces no he vuelto a hablar con el señor Carabante", concluye Viladelprat.
El futuro de Hispania