
La mitad de los directivos catalanes prevé crear nuevos puestos de trabajo este año, mientras que aproximadamente un 65% de ellos confía en incrementar sus ventas y las cifras de inversión en el presente ejercicio.
Así se desprende del cuarto informe "Perspectivas Cataluña" de KPMG, basado en una encuesta a un centenar de empresarios y ejecutivos de Cataluña sobre la situación económica actual y sus perspectivas a corto y medio plazo.
Los resultados de la encuesta, realizada durante el segundo semestre de 2014, ponen de manifiesto la mejora de las perspectivas económicas del empresariado catalán, que considera mayoritariamente -un 68 % de los encuestados- que la situación actual de Cataluña es buena o regular, un porcentaje que hace un año alcanzaba sólo el 48 %.
Nueve de cada diez encuestados esperan que el escenario económico sea igual o mejor en un plazo de seis meses, pero una amplia mayoría (87 %) también considera que la recuperación en Cataluña no será total antes de 2016.
El informe de KPMG evidencia asimismo la mejoría de uno de los grandes desafíos del mercado: el del desempleo.
En este sentido, la mitad de los encuestados prevé ampliar su plantilla en 2014 o 2015, mientras que la otra mitad mantiene una postura prudente y pospone las previsiones de contratación hasta, al menos, 2016.
La creciente confianza en la evolución económica general también se refleja en las previsiones de facturación de los directivos, un 66 % de los cuales espera cerrar el año con un incremento de sus ventas netas.
Además, un 44 % de las empresas espera incrementar su presencia en los mercados internacionales y un 65 % confía en aumentar la inversión, diez puntos porcentuales más que seis meses atrás.
La Unión Europea continúa siendo el destino principal de los productos y servicios catalanes, seguido de Latinoamérica y la Europa no comunitaria.
Para Fernando Serrate, socio responsable de las oficinas de KPMG en Cataluña, Baleares y Andorra, estas cifras reflejan "cierto optimismo" en el empresariado catalán, que sin embargo mantiene cierta cautela respecto a la recuperación definitiva de la economía catalana y española.