
Se presenta a su segundo y último mandato como presidente de CEOE con el objetivo de acabar y consolidar el trabajo que inició hace cuatro años en los que ha realizado una profunda reorganización y modernización de la patronal española. Graduado en ingeniería industrial, aunque de joven quería ser periodista, casado y con tres hijos, JuanRosell ha sido presidente de empresas como Congost, Enher, Fuerzas Eléctricas de Cataluña y OMB, Sistemas de Higiene Urbana.
La modernización de la negociación colectiva es un elemento clave de su programa. ¿En qué sentido?
Es un punto clave, porque tenemos que intentar que la realidad del día a día en la empresa y en el centro de trabajo sea abordado en la ley. En estos momentos la legislación laboral es tremendamente complicada y confusa y no ha cambiado en estos últimos cuarenta años. Los elementos inteligentes, los elementos informáticos hoy están al alcance de todo el mundo y hacen que cosas que antes parecían inconcebibles hoy sean algo cotidiano. En cambio en el ámbito laboral todavía quedan múltiples usos y costumbres de hace montones de años que hay que cambiar, y que no sería un drama cambiarlo.
¿Por ejemplo potenciar las horas extraordinarias y el salario variable como plantea?
En el tema de las horas extras estamos viendo que se hacen muy pocas y básicamente sólo en las grandes empresas. Entonces lo que planteamos es que dejen que se hagan más en las pequeñas empresas porque las pymes si no hacen horas extras o paran la producción o tienen que cerrar. Hay que adaptar la legalidad a la realidad. Y lo mismo podemos decir respecto a los salarios donde cada vez más tenemos que involucrar a los trabajadores en los resultados de las empresas.
¿La moderación salarial sigue siendo fundamental?
Sí. Hemos hecho un esfuerzo muy importante y hay que agradecer a los sindicatos que en 2012 firmaran un pacto para tres años que ha ido muy bien y es la reforma estructural más importante numéricamente que se ha hecho en España. Ahora lo que hay que ver es que la recuperación sea un hecho, que las empresas empiecen a tener beneficio, y entonces será el momento o de que podamos subir los salarios.
El problema número uno del país es el paro. ¿Qué le pide al Gobierno para remediarlo?
Seguir con las reformas. Que sea valiente, que queda un año, que se han hecho reformas importantes en la buena dirección y con la intensidad adecuada. Por parte empresarial y en estos momentos de crisis hemos de ser prudentes, hacer propuestas que se puedan cumplir y no pedir todo. Muchas veces hemos recordado que este Gobierno nos había prometido una reducción de las cotizaciones sociales y en este momento no se puede hacer. Tenemos que ayudar a estabilizar el país y a que el malestar social no crezca. Y en eso estamos.
Precisamente, el tratamiento de la formación es una de las críticas que le hacen sus opositores y le acusan de seguidismo del Gobierno.
La clave de la formación es que nosotros la pagamos y nosotros tenemos que decidir. Esa es la premisa fundamental. En este momento. casi un tercio del total de la formación ya se realiza dentro de las empresas, y todo lo que sea más cercano a las empresas es lo que apoyamos. Por eso estamos negociando y no tenemos aún un acuerdo para el año que viene ni con el Gobierno ni con los sindicatos.
También se le acusa de tibieza en la posición personal y de CEOE ante el secesionismo catalán
La hemeroteca es un testigo fiel de lo que yo he dicho. En Cataluña hay un problema importante, económico social, político y nosotros desde la óptica empresarial lo que hemos de intentar es ayudar no a agrandarlo. sino a que se vean cuales son las alternativas y a partir de ahí que queden implicados no sólo los catalanes, sino todos los españoles.
¿No ha sido tolerante con algunos dirigentes empresariales implicados en irregularidades a los que no se les ha aplicado el Código ético?
Nosotros somos una confederación de organizaciones y en lo que podemos entrar en estos temas es en lo que atañe a nuestra organización, al presidente y a los ejecutivos de esta casa. El resto de los miembros de nuestra comisión ejecutiva procede de sus organizaciones y cada organización tiene sus propias reglas. Son ellos quienes tienen que hacer el trabajo y aplicar algunas medidas si así lo consideran. Nosotros no nos podemos convertir en la Santa Inquisición.
¿Le preocupa el auge de Podemos?
A los empresarios lo que nos gusta es discutir programas, claves de negocio, números, objetivos y desgraciadamente no tenemos eso. Lo único que tenemos es una canción muy bonita a la que, al final, lo que hay que ponerle son números. Decir, por ejemplo, no a la deuda, es una atrocidad y habría que empezar a decirles que una de las consecuencias de poner en duda el pago de la deuda sería el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, que en más de tres cuartas partes es deuda española. Romperíamos la hucha de las pensiones en cinco minutos.