
El catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, Santiago Niño Becerra, cree que el tejido empresarial español ha ganado en competitividad a base de "el empobrecimiento de amplias capas de la población".
Becerra asegura en La Carta de la Bolsa, que "esa ganancia de competitividad de la economía española se ha levantado sobre una solera de pobreza, sino fuese porque es trágico sería cómico".
El catedrático catalán señala que "primero se le dijo a la población española que podía tener todo lo que quisiera, para ello se les concedió a los ciudadanos una capacidad de endeudamiento absurdamente elevada en base a sus salarios".
Cuando la capacidad de endeudamiento se agotó "y el consumo se vino abajo los expertos de turno dijeron no, que España había vivido por encima de sus posibilidades y que debería pensar en las exportaciones para lo que hacía falta ganar competitividad".
¿Cómo mejorar la competitividad?
En lugar de tomar el camino de la inversión en investigación y desarrollo para mejorar el valor añadido de los bienes y servicios producidos, se comenzó "a despedir a gente, abaratar los despido, bajar salarios y precarizar empleo. Los resultados sociales de esto se están viendo", asegura Becerra.
Ahora "las compañías están ganando dinero, las actividades en las que se gana, lo ganan haciendo cosas como las que están haciendo, luego ¿para qué cambiar? No gracias".
Becerra cree que "España se ha posicionado en un lugar muy bajo de una tabla en la que están bastantes economías, y con un hándicap, tiene muy escasas zonas de economía moderna".