Los Presupuestos dejan de constituir un 'maná' para organizar cursos.
Los Presupuestos Generales del Estado han sido una fuente de recursos importante para el modelo de formación de trabajadores y parados tal y como se ha entendido hasta ahora. Sin embargo, la crisis ha cambiado las reglas del juego y los recursos para el capítulo genéricamente denominado políticas activas de empleo se ha reducido a la mitad de la cantidad que representaba en los años previos de las turbulencias.
Como consecuencia de la contracción, ese apartado de las cuentas del Estado no supone, en el presente año, más que 4.079 millones de euros. Y no todos ellos se destinan a la formación de parados y de trabajadores, a través de los sindicatos mayoritarios y de las organizaciones patronales. A ese propósito sólo servirán 1.605 millones aproximadamente.
A años luz de los subsidios
La mencionada cantidad se encuentra a años luz del capítulo que, con diferencia, más acapara dentro de los desembolsos previstos en las cuentas destinados al mercado laboral. Su valor, incluso en 2014 (un ejercicio que se espera que sea de recuperación)todavía se acercará a los 30.000 millones de euros y es posible que la cantidad realmente necesitada se quede corta a mediados del ejercicio (como ocurrió en julio pasado, cuando hubo que autorizar un crédito extraordinario).
Cabe preguntarse cuál sería la cantidad idónea en un país cuyo tasa de desempleo tiene visos de rondar el 25 de la población activa en los próximos años. Sin embargo, los expertos laboralistas consultados coinciden en señalar que, al igual que en otros ámbitos (como la educación primaria o secundaria) tan importante es la cantidad como la manera de gastarla.
Y, a este respecto, España se encuentra muy lejos del rendimiento de auténticos referentes, como son los países nórdicos, a la hora de formar tanto parados como trabajadores que se reciclan.