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El crudo amenaza con más caídas, pero sin asustar a las bolsas como en enero

  • Miembros de la OPEP presionan para un nuevo encuentro y reactivar el plan de congelar la producción

El arranque de 2016 fue el más bajista que se recuerda en las bolsas, unas caídas que se vieron propiciadas por el riesgo a una recesión mundial. A ellas contribuyó de forma decisiva el petróleo, una situación que se ha vuelto a poner sobre la mesa esta semana tras un bajista mes de julio. Sin embargo, los expertos no creen que el crudo vaya a ser un catalizador de pérdidas en la renta variable, como sí que lo fue en enero. Además, aunque arrancó la semana con fuertes pérdidas que le llevaron a ceder los 40 dólares en el caso del estadounidense, el saldo finalmente ha sido positivo con el West Texas en los 41,7 dólares y una subida del 0,2 por ciento, mientras que el Brent ha rebotado casi un 4 por ciento, situándose en los 44,15 dólares.

Pese a ello, que se vislumbre un escenario bajista no es algo nuevo. En junio, tanto Morgan Stanley como Goldman Sachs indicaban que las caídas podrían imponerse al incrementarse el riesgo de la sobreoferta. Y es que Canadá ha dado por superados los incendios que en mayo perjudicaban a su producción y los pozos activos en EEUU crecieron en julio como no lo hacían desde 2014. Como señala Virginia Pérez Palomino, analista de Tressis, "gracias al elevado nivel de eficiencia que EEUU es incluso capaz de mejorar constantemente, el punto de equilibrio a partir del cual los pozos son rentables es cada vez más bajo". Todo esto, coincidiendo con una Organización de Países Exportadores de Petróleo que ha evitado en dos ocasiones congelar y reducir su producción, aunque esto podría cambiar tan pronto como el mes que viene. Distintos miembros liderados por Venezuela están presionando para un nuevo encuentro en septiembre en el que se ponga por tercera vez sobre la mesa la cuestión de congelar la producción. Además, el país estaría interesado en una estabilización de los precios del petróleo entre los 50 y los 60 dólares.

A la reunión volverían a estar invitados los países productores no miembros de la OPEP, según detalla el presidente venezolano, Nicolás Maduro, "con Rusia a la cabeza".

Para Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, "el problema sigue siendo de una tremenda sobreproducción y un aumento de la oferta sin precedentes". Prueba de ello es que, según un sondeo de Reuters, la OPEP habría alcanzado un récord de producción en julio gracias al incremento de bombeo de Irak y a que Nigeria logró exportar volúmenes adicionales de crudo pese a los ataques a sus instalaciones.

Esta situación ha llevado a Morgan Stanley a indicar que el momento actual de la cotización del crudo es muy parecido al que atravesó en 2015, cuando el precio del petróleo subió para después volver a caer con fuerza a finales de año. Tal y como señala Adam Longson, estratega jefe de la entidad, "seguramente volverá la sobreoferta conforme se resuelvan los cortes y los precios podrían volver a caer en un régimen de fijación de precios por sobreoferta de 30 a 50 dólares".

No tan pesimista aunque también en la misma línea se posiciona Goldman Sachs que destaca que su previsión de un barril europeo en los 50 dólares durante las segunda mitad de 2016 está en riesgo. Algo que relaciona con la posibilidad de que la producción de Nigeria vuelva a incrementarse, teniendo en cuenta que continúan las negociaciones para establecer un alto el fuego.

La llegada de este acuerdo podría dar lugar a un alza de la producción del país de hasta 2,2 millones de barriles. Con todo, Goldman destaca que la debilidad en el crecimiento de la demanda y un incremento en la extracción de la OPEP amenazan con que regrese la sobreoferta en el primer trimestre de 2017.

Cada vez menos determinante

Aun así, Nicolás López, de MG Valores AV, señala que "la evolución del precio del crudo ha dejado de ser un factor determinante para las bolsas en los últimos meses y no creo que vuelva a serlo en el futuro próximo". De la misma opinión es Tomás García-Purriños, de MoraBanc, que señala que, aunque siempre existe el riesgo de que arrastre consigo a las bolsas, "los fundamentales no son como los que eran a principios de año".

Cuando comenzó 2016, las bolsas, que experimentaron importantes desplomes de hasta el 15 por ciento, cotizaban que el mundo podría enfrentarse a una recesión económica, algo que vino apoyado por las pérdidas del crudo. Poco después se intensificaron las pérdidas con las dudas sobre la solvencia de la banca italiana que aún no se han resuelto, siendo todavía un lastre para los indicadores del Viejo Continente junto con la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Estefanía Ponte, de BNP Paribas, considera que "el mal comportamiento de la renta variable europea obedece a la incertidumbre sobre el sector bancario y, en el caso de EEUU, tras un muy positivo comienzo de la campaña de resultados empresariales, la semana pasada fueron bastante flojos, lo que pesó sobre los índices".

Pese a ello, las pérdidas del crudo sí que pueden llegar a afectar a la bolsa si vuelve a impactar de lleno en las firmas energéticas, que suelen tener un peso importante en los indicadores. Del mismo modo, "las caídas perjudican a los países exportadores de petróleo en la medida de la importancia que tenga en sus cuentas". Argumenta Rodrigo García, analista de XTB. Por lo tanto, las firmas expuestas a dichos países sí que podrían sentir en su cotización de forma indirecta el abaratamiento del oro negro.

Aun así, Albert Enguix, analista de GVC Gaesco, indica que "la correlación del principal índice energético con la mayoría de índices bursátiles es muy bajo". Esto explica por qué los últimos movimientos del crudo han pasado prácticamente inadvertidos en la renta variable. Pero, el experto continúa asegurando que "para que hubiera afectación con las bolsas, la correlación debería aumentar y, para que esto suceda, el precio del barril se debe ir alrededor de los 35 dólares".

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