Pruebas

Alfa Romeo se pone las pilas con la llegada del nuevo Giulia, una apuesta prometedora

Ya está aquí la berlina más esperada de los últimos tiempos. El Alfa Romeo Giulia llega al mercado como sucesor del extinto 159 y con una serie de argumentos a favor que podrían hacer a más de un cliente de marcas premium pasarse al lado del cuore sportivo. A la venta con motores diésel de 136, 150 y 180 CV, y gasolina V6 biturbo de 510 CV. Un coche diferente a los demás, una opción a tener en cuenta.

Los alfistas lo estaban pidiendo a gritos. El nuevo Alfa Romeo Giulia es la respuesta a esa clientela que se había quedado huérfana tras la desaparición del 159 y demandaba una berlina bien hecha y capaz de hacerle frente a los modelos más recurrentes del segmento. La marca sabía que tenía que cubrir ese hueco, era una necesidad desde hacía ya algunos años, y por fin ha llegado.

Siguiendo con la reciente tradición de recuperar del baúl de los recuerdos nombres de modelos de antaño, en este caso Alfa Romeo ha decidido bautizar a su nueva berlina con la denominación de un sedán que se vendió entre los años 1962 y 1967. Un coche mítico el Giulia original, que fue protagonista de innumerables películas de su época y que hoy consideramos ya un clásico venerable.

El renacer de un mito

En cualquier caso, el nuevo Alfa Romeo Giulia nada tiene que ver con su antepasado. De hecho, no se parece a ningún otro modelo de la marca ni del propio grupo. Tal y como nos cuentan los responsables de Alfa Romeo en el evento de presentación internacional a la prensa especializada, el Giulia ha nacido con la idea de ser un coche diferente, totalmente novedoso. Por ello, diseñadores e ingenieros partieron de una hoja en blanco a la hora de definir la que habría de ser su gran apuesta ganadora.

La primera versión creada es la denominada Quadrifoglio, la más deportiva de todas con su motor V6 biturbo de 510 CV; después han llegado las demás (varios diésel y un gasolina de potencia más moderada). Esto da una idea de por dónde van los tiros con este modelo. Evidentemente, se trata de una apuesta deportiva. Pero no sólo eso, también se observa un puntito diferente en su personalidad que, sinceramente, nos ha gustado bastante. En el segmento de las berlinas del tamaño del Giulia hay muchas opciones, y muchas de ellas son realmente buenas. Sin embargo, a veces tenemos la sensación de que todo resulta muy parecido y homogéneo. ¿Qué tal un poco de diferenciación?

Esto es precisamente lo que plantea el Alfa Romeo Giulia. Se trata de una berlina de cuatro puertas con un diseño curioso por fuera, bastante moderno y funcional por dentro, y con unas cualidades a bordo que sorprenden. Un modelo que tan pronto puede convertirse en un coche para la familia o para una flota de empresa, como en un auténtico deportivo pasional, rival de modelos de la talla de un BMW M4 o un Mercedes C AMG.

El punto de partida: Giulia Quadrifoglio

Si empezamos por el más potente de todos, bajo esa denominación Quadrifoglio esconde un motor de nuevo desarrollo, con 2,9 litros de cilindrada, sobrealimentación con dos turbos y unas cifras de potencia y par de 510 CV y 600 Nm. Todo este empuje llega a las ruedas traseras mediante una caja de cambios manual de seis velocidades (de serie) o una automática de ocho.

Esta versión que supone el punto de partida del proyecto Giulia, en realidad no aspira a venderse en grandes volúmenes, sino que sus pretensiones tienen que ver, más bien, con el hecho de llamar la atención. Pura imagen de marca, que pretende dejar bien claro que en los talleres de Módena se trabaja de una forma muy seria.

Tras probarlo en el revirado circuito italiano de Balocco, nos ha dejado buen sabor de boca por una serie de cosas. El sonido y el empuje de su V6, el funcionamiento de las dos cajas de cambios, la puesta a punto de chasis, la utilidad del selector de modos de conducción DNA pro, lo bien que gestiona la potencia el diferencial de deslizamiento limitado? En fin, un compendio de cualidades que hacen que el Giulia deje el pabellón bien alto en conducción deportiva exigente. Sin duda, es un coche rápido y muy disfrutable, casi facilón nos atreveríamos a decir, que permite rodar a ritmos muy elevados con la sensación de que todo está bajo control.

Otros rasgos que definen al Quadrifoglio son el empleo masivo de fibra de carbono -ayuda a fijar el peso en poco más de 1.500 kilogramos, un buen valor para un deportivo de su talla-, las llantas específicas, los asientos Recaro o los discos de freno carbocerámicos (los dos últimos elementos son opcionales).

Los diésel serán los más vendidos

Más allá de esta versión existen otras, que son las que realmente acapararán las ventas. En primer lugar aparece el nuevo motor diésel de 2,2 litros, que llega con tres niveles de potencia (136, 150 y 180 CV) y que se puede asociar a dos transmisiones: una manual de seis velocidades, de tacto sorprendentemente preciso, y otra automática de ocho que también funciona muy bien y aprovecha casi mejor las posibilidades del motor. Los diésel ofrecen buenas cifras de par y consumos contenidos.

Otra opción es el gasolina de cuatro cilindros turbo, con 200 CV, que puede ser una buena alternativa para todos aquellos que no quieran saber nada del gasóleo (cada vez son más, por cierto). Este propulsor siempre va asociado al cambio automático de ocho marchas y no estará presente en la gama de lanzamiento, sino que llegará al mercado más adelante, seguramente en el último trimestre del año.

La tecnología y la gama

Cualquier coche que llegue ahora al mercado, y más si se trata de una berlina con ciertas aspiraciones, debe incorporar lo último en tecnología aplicada a la seguridad y el confort. En este sentido, el nuevo Giulia cuenta con dispositivos como el Alfa Torque Vectoring (solo para el Quadrifoglio) que distribuye el par entre las ruedas traseras, el aviso de colisión frontal, la frenada de emergencia autónoma con reconocimiento de peatones o el Alfa DNA (permite seleccionar distintos modos de conducción).

También es protagonista la pantalla de 8,8 pulgadas que va integrada en la consola central y que forma parte de un habitáculo bien diseñado, funcional y con una sensación de calidad percibida bastante elevada.

La gama está compuesta por las siguientes versiones:

Giulia: desde 33.150 euros para la versión diésel 2.2 de 136 CV con cambio manual.

Giulia Super: desde 36.050 euros para la versión 2.2 diésel de 150 CV con cambio manual.

Giulia Quadrifoglio: 86.600 euros

El lanzamiento al mercado será en junio de este mismo año, si bien ya se admiten pedidos. Y que nadie espere una versión familiar (al menos de momento) como la que sí tuvo el predecesor del Giulia. ¿Por qué? Los responsables de Alfa nos cuentan que es un nicho que empieza a caer en algunos mercados europeos (curiosamente, Italia ha sido uno de los que mejor ha acogido de siempre a los Station Wagon), pero la realidad probablemente sea otra: dentro de poco se lanzará el SUV de Alfa Romeo y quizá no quieran interferencias o posibles canibalizaciones de ventas entre un modelo y otro, ya que al final, un todocamino y un familiar pueden apuntar hacia un mismo cliente.

Con el SUV darán el pelotazo cuando llegue, pero mientras tanto nos quedamos con el Giulia de cuatro puertas, que supone en cierta medida el renacer de la marca en estos tiempos y que, visto lo visto, tiene papeletas para triunfar. La toma de contacto ha sido más que positiva, los italianos han sabido hacer un coche bien hecho, sólido, distintivo y capaz de transmitir buenas sensaciones a quien lo conduce.

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