Llega para conmemorar los 70 años de vida de la marca y, entre sus peculiaridades, hereda la denominación y la pintura de modelos de antaño. Pero lo mejor del Ferrari 812 Superfast está bajo el capó.
Parece que en Maranello le han cogido cierto gusto a aquello de lanzar versiones conmemorativas de aniversario. En este caso, el regalo que se ha hecho la propia marca del Cavallino para celebrar sus 70 años de vida se llama Ferrari 812 Superfast y, efectivamente, como su propio nombre indica es tremendamente rápido.
El sustituto del F12 esconde bajo su largo capó un motor V12 de 6,5 litros de cilindrada con 800 caballos de potencia. Aquí no hay rastro de hibridación como sí sucede en el LaFerrari (que alcanza los 963 CV). Ni siquiera hay turbos de por medio ni cualquier otro sistema de sobrealimentación. El propulsor del Ferrari 812 Superfast es atmosférico, de aspiración natural, eso sí, el más grande y potente de la marca.
La cifra de par (718 Nm) también es realmente llamativa, como llamativo es el hecho de que tenga tracción trasera en lugar de total con semejante caballería bajo el pie derecho. Eso sí, igual que sucede en otros Ferrari de última hornada como el F12tdf o el GTC4 Lusso, el 812 Superfast cuenta con un eje trasero direccional que, junto con los controles electrónicos de trayectoria, se encargan de poner las cosas más fáciles cuando se circula rápido en circuito o carreteras reviradas. Las prestaciones hablan por sí solas: de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y 340 km/h de velocidad punta. La caja de cambios es automática de doble embrague con siete velocidades.
No falta en su interior de diseño renovado el manettino en el volante, la instrumentación medio digital, medio analógica, y la pantalla digital rectangular situada en la guantera que da información al acompañante. La vista exterior es moderna y agresiva, con soluciones ya vistas en otros modelos como los pilotos traseros tridimensionales, que marcan la personalidad y le dan carácter.
