El departamento especial Audi Sport ha desarrollado su nueva y obligada versión RS, que eleva al cupé alemán a otra categoría. El TT RS pone sobre la mesa unas cifras impactantes: 400 CV de potencia, 480 Nm de par motor, aceleración de 0 a 100 km/h en 3,7 s y 280 km/h de velocidad máxima. Con ellas ya puede codearse con lo mejorcito del segmento de los grandes y más rápidos GT.
Pero la transformación del TT S Coupé en el explosivo RS no ha sido fácil ni sencilla. En primer lugar los ingenieros han tenido que ideárselas para bajar considerablemente el peso del modelo. Para ello han hecho extensiva la construcción ligera de chasis y carrocería al propio motor de cinco cilindros, propulsor habitual de los TT, que ahora está íntegramente construido en aluminio y pesa 26 kilos menos. Gracias a este esfuerzo de ingeniería, obtiene otra cifra incontestable en su haber: una relación peso/potencia de tan sólo 3,6 kg por CV.
La transmisión, integral a las cuatro ruedas, está gestionada por el cambio automático de doble embrague y 7 relaciones del tipo S-Tronic. Como complemento, el RS estrena un sistema launch control que le permite pulverizar los 4 s en las aceleraciones hasta 100 km/h desde parado, toda una proeza reservada a los deportivos más rápidos.
En el exterior, el TT RS se distingue por su alerón fijo sobre el capó trasero, unas impresionantes ruedas de 19"(que pueden ser incluso de 20" bajo pedido, parachoques diferentes y una calandra específicamente diseñada para esta especialísima versión. En la trasera, Audi además ha distinguido a su nuevo cupé con unos modernísimos pilotos de tecnología OLED de diodos orgánicos que, además de conferirle una iluminación muy característica, produce una luz más suave y menos agresiva para la vista de los demás conductores.
Válvulas activas en los escapes
Y si todos estos detalles no son suficientes para diferenciar al TT RS, al arrancarlo notaremos una sonoridad de su doble escape de sección ovalada completamente diferente del de sus hermanos de gama. La razón es un nuevo sistema de válvulas activas que podemos controlar a voluntad desde un botón de la consola y que libera toda la expresión acústica del poderoso cinco cilindros.
Dicho todo lo anterior, que nadie piense que el TT se ha convertido en un monstruo ingobernable en esta versión RS. En el volante deportivo, que hereda del R8, presenta el botón de arranque y el mando del Drive Select con el que podemos elegir entre cuatro modos de comportamiento general del coche según el tipo de conducción que deseemos practicar. El motor nunca demuestra realizar ningún esfuerzo por su progresividad y respuesta inmediata desde casi el ralentí. Por su lado el chasis, que ha sido rebajado 10 mm de suspensión, y la dirección aportan una manejabilidad excelente y los controles electrónicos conservan unos márgenes de seguridad muy altos en carretera.
La versión descapotable llamada Roadster, resta algo de posibilidades deportivas al pesar 90 kg más que la cerrada debido a los necesarios refuerzos estructurales de este tipo de carrocería abierta. Pero conserva intactas las cualidades generales del TT RS, añadiendo además la fascinación de disfrutar de su conducción y su sonido a cielo descubierto.
Los TT RS, que a muchos le sugerirán un R8 más pequeño, llegarán a nuestro mercado a finales de este año y todavía no tienen un precio definido, pero podemos tomar como referencia el previsto para Alemania, ya cercano a los 70.000 euros.