Se acaba de presentar uno de los platos fuertes que Ford tiene reservados para este año 2016. Se trata del Edge, modelo con el que la firma norteamericana completa por arriba su gama en el segmento SUV, formada, de menor a mayor tamaño, por el EcoSport, el Kuga y, ahora, el Edge, el más grande de dicha gama. Se trata de un vehículo de 4,8 metros de longitud destinado a luchar con otros grandullones como el Volkswagen Touareg, Hyundai Santa Fe, Kia Sorento o Mitsubishi Montero, entre otros.
A primera vista, no puede estar más logrado el Ford Edge. En esta era en la que el diseño se ha aupado al mismo nivel de exigencia que las prestaciones a la hora de elegir un vehículo, el SUV norteamericano ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, y ofrece una línea impecable que entra por los ojos tanto por formas como por colores.
Estética-tecnología: simbiosis perfecta
Destaca la espectacular parrilla hexagonal, que se come todo el frontal del coche, dotándole de un aire especialmente agresivo tan agradecido por los simpatizantes de este segmento, tan de moda en los últimos años en nuestro mercado. Destaca también la integración de los elementos ópticos en la carrocería, y también los colores, muy logrados, actuales, desenfadados y brillantes, en especial un azul cobalto realmente atractivo y diferente.
Tampoco se queda atrás el nuevo Edge en lo que se refiere a tecnología, característica también fundamental en cualquier vehículo que quiera comerse el mercado. Tanto en ayudas a la conducción por medio de faros LED con luz adaptativa; sistema AWD de tracción inteligente; cámara panorámica que detecta cualquier persona, animal u objeto que se aproxime por cualquier lado del coche; sistema de reconocimiento de señales de tráfico; alerta de cambio involuntario de carril; control de crucero adaptativo, lo más parecido que existe hoy en día a la conducción autónoma; o alerta de tráfico cruzado, que avisa de la presencia de un vehículo aproximándose cuando salimos marcha atrás en batería, son algunos de los elementos primordiales a los que se une un cuidado sistema de infoentretenimiento.
Caballaje a elegir: 179 o 209CV
El nuevo Ford Edge montará dos motores diésel de dos litros, con potencias de 179 y 209 CV, con cajas de cambios manual y automática de doble embrague, respectivamente. El pequeño contacto que hemos podido tener con ambos motores transmitieron muy buenas sensaciones, con un vehículo que se ha comportado de manera notable en todo tipo de asfalto, con más o menos curvas y anchuras. La conducción offroad, por terrenos bastante inhóspitos e incluso embarrados, también fue muy placentera, con el Edge defendiéndose en cualquier tipo de terreno sin grandes jadeos por su parte.
En cuanto al equipamiento, tenemos tres niveles: el Trend, que será casi testimonial en nuestro mercado; el Titanium, en el que destacan de serie las llantas de aleación de 19 pulgadas, sistema de navegación, portón manos libres automático, sensores de aparcamiento delantero y trasero, y asientos y volante calefactados; y el tope de gama, Sport, con llantas de 20 pulgadas, pedales en aluminio, dirección eléctrica adaptativa y suspensión deportiva.
Una combinación de estética y prometedoras prestaciones conforman el nuevo Ford Edge, que está desde ya mismo en los concesionarios españoles y cuyos precios parten de los 43.425 euros en el caso del Trend, pasan por los 46.425 en los que se valora el Titanium, y llegan a los 47.925 euros que cuesta el Sport.
