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Nuevo Subaru Outback: familiar con alma de todocamino

La nueva generación del Subaru Outback llega con cambios de diseño, unos motores mejorados y más garantías a la hora de circular fuera del asfalto. Un auténtico SUV con traje de berlina familiar.

Antes de que existieran los Allroad, Alltrack, Cross Country y demás miembros pertenecientes a esta familia de berlinas familiares 'todocaminizadas', había una marca japonesa que ya llevaba tiempo indagando en este nicho de mercado. Como no, nos referimos a Subaru, una firma irremediablemente vinculada a su tracción integral y a sus aptitudes para circular fuera del asfalto.

El modelo que mejor encaja en el segmento que acabamos de definir es el Subaru Outback, que precisamente se acaba de poner al día con la llegada de una nueva generación, la quinta ya desde que viera la luz por primera vez en el año 1995. Hoy nos hemos puesto a los mandos de este familiar con aires de SUV para ver todas las novedades que incorpora.

Nuevo diseño para una nueva generación

De todas las generaciones que ha habido, la cuarta quizá fue la más criticada por su diseño. Es por ello que en la marca se han puesto las pilas a la hora de definir unos rasgos más modernos y equilibrados que mejoran la imagen en el nuevo Outback. Llaman especialmente la atención la parrilla hexagonal -seña de identidad de los modelos de última hornada-, los grupos ópticos con iluminación LED, la nueva línea de cintura más marcada, las protecciones laterales y unos faros antiniebla que ahora aparecen mejor integrados en la parte frontal. También destacan los 'flaps' de la parte baja de la carrocería, el nuevo espóiler trasero y el cierre activo de la calandra que mejora la aerodinámica para lograr una mayor eficiencia.

En el interior el salto cualitativo viene de la mano de unos materiales más refinados, con algunas zonas blandas en el salpicadero, y mejores terminaciones. No podemos decir que esté a la altura de ciertos competidores de marcas premium, sobre todo en lo que tiene que ver con la presentación visual, pero sí se aprecia un cambio positivo frente a las generaciones precedentes. Es justo reconocerle una mejora al Outback en este apartado. También nos ha gustado la pantalla táctil de 7 pulgadas que integra las funciones de navegación, ordenador de viaje, bluetooth o música en streaming, entre otras.

Por lo demás, cabe resaltar que el Subaru ha crecido 25 milímetros en su longitud total (4.815 mm), lo que se traduce en un interior más habitable en las plazas traseras y en un maletero que crece en sus aspiraciones y fija su volumen mínimo en 512 litros.

Nueva puesta a punto de chasis

Cuestiones estéticas al margen, la puesta a punto también ha experimentado cambios importantes. Por citar algunos ejemplos, el chasis es ahora más rígido (+ 67%), la dirección es más rápida y vibra menos, y el equipo de frenos incorpora discos ventilados en ambos ejes (antes sólo en el delantero). No dejamos la seguridad activa para nombrar los elementos clave que intervienen en este apartado, que son:

 El sistema de tracción integral Symmetrical All Wheel Drive, que es diferente en función de la transmisión.

- El sistema X-Mode: pensado para circular en entornos 'off road', se trata de un control de descenso de pendientes que actúa sobre los frenos y que es capaz de mantener velocidades constantes hasta 20 km/h.

- Control de tracción con función antivuelco

- Control de estabilidad con control activo de par, que simula la acción de un diferencial de deslizamiento limitado a base de electrónica.

De todo esto se puede deducir que el Subaru Outback es un coche bien preparado para una conducción en campo. Y así es. Gracias a su generosa altura libre al suelo y al arsenal tecnológico que incorpora, las pistas de tierra o nieve son su hábitat natural, casi en mayor medida que las carreteras asfaltadas, ya que en este entorno se mueve con algo más de torpeza que algunos de sus rivales. Eso sí, al igual que sucede con otros modelos de la marca, el ESP no es desconectable del todo, algo que nos gustaría que no fuera así por la sencilla razón de que en la conducción offroad a veces es necesario dejar que las ruedas giren libremente y que el coche se desplace lateralmente, tanto por una cuestión práctica como por pura diversión. Pero esto parece ser una batalla perdida, no sólo en Subaru sino en muchas otras marcas, que optan por tener sus modelos bien 'atados' en toda circunstancia. Habría que plantearse si esto es siempre sinónimo de seguridad... o no.

Dos motores bóxer

Son dos, uno diésel y otro de gasolina, ambos con sus cilindros en configuración bóxer, como es habitual en la marca.

El de gasóleo es un 2 litros de 150 CV, que se puede asociar a un cambio manual de seis velocidades o a uno automático de variador continuo. Aseguran en la marca que el 90% de los componentes ha cambiado frente al diésel de la generación anterior, para mejorar en muchos aspectos -entre ellos el consumo- y poder cumplir con la normativa anticontaminación Euro6. Entre sus cifras más significativas figuran los 5,6 l/100 km de gasto medio de la versión manual (6,1 litros el automático) o los 145 g/km de CO2 (159 el automático), que quedan justo por debajo del tramo impositivo de los 160 gramos y que conlleva ciertas ventajas fiscales.

El motor de gasolina es un 2.5 atmosférico -esto es, sin sobrealimentación- de 175 CV, que también ha mejorado en casi todos los apartados frente a la generación anterior, aunque su consumo es significativamente más alto si se compara con el diésel, como demuestran los 7 litros de media oficiales. Por cierto, este motor sólo se existe con cambio automático, suponemos, por una cuestión de demanda.

Y ya que sale a relucir la nueva transmisión Lineartronic, debemos decir que no termina de convencer. En Subaru aseguran que ha mejorado en aspectos como la suavidad y la rapidez de respuesta, pero es que son tantos los ejemplos que hay en el mercado de cambios automáticos de doble embrague o de convertidor de par que funcionan tan bien, que sólo podemos decir que esta caja se queda claramente atrás. No mejora la eficiencia, no ofrece un mayor agrado de uso y, lo que es peor, mata las prestaciones del motor. Dicho esto, evidentemente apostamos por el cambio manual.

Ya disponible, el nuevo Subaru Outback tiene un precio de salida de 29.900 euros para las versiones diésel; en gasolina, el arranque se sitúa en 31.900 euros.

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