El motor diésel sufre cada vez más el acoso de administraciones y sectores de la opinión pública, incluso a pesar de que los modernos modelos cumplen ya estrictamente las normas Euro 6. Por el contrario, Audi ha decidido seguir los pasos de Peugeot, Mercedes y Volvo, en el sentido de hibridar un bloque diésel con la propulsión eléctrica en su futuro Q7.
Audi lleva ya largo tiempo pergeñando su Q7 híbrido, como demostró en 2005 presentando en el Salón de Frankfurt su Q7 Hybrid Concept, aunque en aquella ocasión recurría a un motor TSI de gasolina.
El gran SUV, que se espera sea presentado en el próximo Salón de Detroit del mes de enero, incorporará un motor híbrido con motor térmico de gasóleo. La decisión de utilizar a contracorriente un motor diésel en un modelo de bajas emisiones es lógica, dado el tamaño del Q7. Incluso con motores convencionales prácticamente nadie opta por las versiones de gasolina.
Híbrido enchufable
También tiene algo que ver el funcionamiento de los diésel en cuanto a que producen mayor par a bajas revoluciones, característica idónea para producir mayor cantidad de energía eléctrica con menor esfuerzo termodinámico, lo cual también redunda en el consumo general y por ende en la contaminación.
También debe pesar en Audi el fracaso del A8 híbrido que recurría a un motor de cuatro cilindros de gasolina, cuyas ventas ni siquiera han superado el 1 por ciento del total en ese modelo. Demoledor resultado frente a la gama Q7 con motores diésel, del que se vende con gran éxito incluso el V12 TDI de 500 caballos.
El motor elegido para formalizar el tándem diésel-electricidad será el V6, presumiblemente el 3.0 TDI de 204 caballos. Y como gran novedad, ya se sabe que el nuevo Q7 híbrido será enchufable, lo que le aportará mayor versatilidad en su uso exclusivamente eléctrico.
Podríamos estar ante la contradicción de que, mientras los coches pequeños comienzan a retroceder ante el diésel, incorporando cada vez más pequeños motores de gasolina, los modelos más grandes y exclusivos se irían reafirmando en la solución diésel para sus problemas de consumo y para estos cada vez más frecuentes casos de hibridación eléctrica. Recordemos que los grandes SUV como el Q7, son en Europa un 99 por ciento de motorización diésel.
Audi Q5 Hybrid: una gozada
