La pasada semana, en Nueva York, hizo su debut mundial el nuevo Aston Martin Rapid S, la versión más deportiva del lujoso Gran Turismo británico. Con 81 CV más respecto a su predecesor, alcanza una potencia máxima de 558 CV a 6.750 rpm que, a pesar de sus cinco metros de longitud y sus casi dos toneladas de peso, le otorgan unas prestaciones dignas del superdeportivo que es. Está ya a la venta por un precio que ronda los 220.000 euros.
Equipado con un motor de 6.0 litros y doce cilindros en V, esos 558 CV le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos, cifra que cae en tres décimas con respecto al modelo anterior, y llegar a coger una velocidad máxima de 306 km/h. Es, para más señas, el modelo de cuatro puertas más potente de la historia de la firma, lo cual se deja notar, y bien, en las cifras de consumo y emisiones: gasta unos 14 litros de media a los 100 km y emite 332 g de CO2 por kilómetro.
A nivel de diseño, los cambios frente a su predecesor son muy sutiles y residen sobre todo en una parrilla frontal más pronunciada y en las tomas de aire adicionales de su capó, que potencian la aerodinámica y el agarre al asfalto y, por ende, su carácter deportivo.
Carácter deportivo que adquiere su máxima expresión gracias a los modos Sport y Track (el tercero sería el normal) de su suspensión adaptativa ADS. Además, tecnologías como el control de estabilidad contribuyen a facilitar su manejo para todo tipo de conductores.
Un Panamera que gasta 3.1 l/100 km
