
La Comisión Europea ha encontrado evidencias de que los fabricantes de automóviles están manipulando las emisiones, pero, a diferencia de lo acontecido en el escándalo del 'dieselgate', el objetivo es arrojar peores resultados que los reales de cara de cara a 2020, cuando se establecerán los objetivos de reducción de emisiones para los años siguientes en base a los datos recogidos hasta entonces.
Según informa Financial Times, Europa ha advertido del "claro riesgo" de que los fabricantes de automóviles estén creando un "aumento artificial" de las emisiones de CO2 para 2020, un año de transición en el que se establecerá la base para concretar las nuevas exigencias que entrarán en vigor la próxima década.
En concreto, el Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés), que se encarga de proporcionar asesoramiento científico y técnico a la Comisión Europea y a los estados miembros de la Unión Europea (UE), ha encontrado un total de 114 conjuntos de datos "inflados"procedentes de los test de consumo WLTP realizados por las propias marcas a nuevos vehículos. Este nuevo examen, que sustituyó al anterior NEDC en septiembre del año pasado para coches de nueva homologación, entrará en vigor en septiembre de este año para los vehículos de nueva matriculación.
El informe revela que las emisiones arrojadas por los fabricantes en estos test son entre un 4,5% y 13% superiores a los resultados del examen independiente. FT hace referencia a varios fabricantes, pero no nombra a ninguno ni concreta el número de afectados.
Para distorsionar los resultados, las firmas acometieron las pruebas con vehículos con la batería agotada, de modo que consumen combustible adicional para cargarla durante el test, o la función de parada y arranque desactivada, amén de engranar marchas inapropiadas para la velocidad del momento, entre otras 'triquiñuelas' para emitir más CO2.
Cabe recordar que a finales de 2017 la Comisión Europea propuso reducir un 30% las emisiones de CO2 de turismos y furgonetas para 2030 respecto los niveles de 2021, fijados en 95 gramos de CO2 por kilómetro, y del 15% para 2025.
"Al manipular el ciclo WLTP, están adulterando los objetivos de emisiones 2025/2030 incluso antes de ser acordados", ha sentenciado en palabras a FT William Todts, director de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente.