
La dirección de la factoría de Ford en Almussafes (Valencia) y UGT, sindicato mayoritario en la misma, han acordado la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) que afectará a 270 empleados de la planta de motores, para adaptarse a la caída de actividad debido al fin del convenio con Jaguar Land Rover.
La medida se aplicará de forma escalonada, con 14 días de paros entre marzo y junio, para pasar a la supresión completa de uno de los dos turnos de trabajo desde la última semana de junio hasta el 30 de abril de 2018. Los trabajadores estarán activos a media jornada y se turnarán cada dos semanas, bajo un expediente rotativo.
UGT espera que el lanzamiento del motor Maverick -de alta cilindrada, dirigido al mercado norteamericano-, en mayo de 2018, permita recuperar la producción en la planta de motores.
El portavoz de UGT en la planta, Carlos Faubel, ha detallado que los empleados afectados recibirán el 80% de su salario bruto, incluidos complementos, y la totalidad de los ingresos por pagas, vacaciones y antigüedad.
El ERTE será sometido hoy a la aprobación del comité de empresa. UGT defiende esta medida como la única que puede garantizar los empleos a futuro, pero CCOO, CGT e Intersindical han manifestado su oposición.
La dirección de Ford había planteado el traslado de 140 trabajadores desde la planta de motores a la de montaje, pero esta propuesta no prosperó por falta de voluntarios.
Faubel ha indicado que, de las seis jornadas que los trabajadores adeudan a la empresa -que ya se están recuperando en la planta de vehículos-, tres se posponen a 2018 -hasta octubre- y las otras tres serán a cargo de la empresa.
Ford Almussafes produjo 390.000 unidades en 2016, cifra récord, pero lejos de su objetivo, de 420.000 coches, lo que llevó a recortes de jornada y salida de temporales.