
El sector de la automoción va consolidando el viraje hacia la electrificación, no obstante, aún existen diversos obstáculos que están dificultando su auge como son la autonomía, el precio de venta y la escasez de puntos de carga en España, principalmente.
Por estos hechos, a pesar de que el 69,9% de los españoles estaría dispuesto a pagar más por tener un vehículo amigable con el medioambiente y que sus ventas crecieron en 2016 un 51,5%, eléctricos e híbridos enchufables tan solo representaron el 1,19% de las matriculaciones totales.
Asimismo, otro impedimento es el coste del seguro pues, en el caso de las polizas a todo riesgo, el precio se dispara hasta un 28% más respecto a su homólogo de gasolina, de acuerdo con los datos proporcionados por el comparador de seguros online Acierto.com. Un hecho que se traduce en 1.750 euros de gasto extra durante la vida útil del vehículo.
Pero existen más motivos que pueden contribuir a la lenta implantación del eléctrico en el país, lo que dificulta la tarea que persiguen las instituciones públicas de erradicar el problema de la contaminación en las grandes ciudades. Y es que, pese a que España se encuentra a la cola de Europa en el uso de vehículos sostenibles, el presupuesto de 2017 para las ayudas del Ministerio de Economía mediante el Plan de Impulso a la Movilidad con Vehículos de Energías Alternativas (o el Plan Movea) se mantendrá igual que el año anterior: 16,6 millones de euros.
Por contra, la mayor presencia de vehículos eléctricos o híbridos enchufables se da en países como Holanda (cuyo número de coches eléctricos multiplica por 50 a los de España) o Noruega, donde casi uno de cada cuatro coches que se venden son de motor eléctrico. Concretamente en Noruega, los coches eléctricos están exentos de IVA, y en otros países como Dinamarca, existe la posibilidad de vender la electricidad sobrante del coche eléctrico en horas en las que el precio por kilovatio es más alto.