Porsche está gestando una ofensiva en el terreno de los vehículos eléctricos que promete dar que hablar. La entidad alemana lanzará al mercado el Porsche Mission E, el vehículo que adoptará un motor 100% eléctrico pero sin renunciar un ápice a su línea deportiva, y las cifras que se manejan en torno a esta operación no son baladís: añadirá 1.400 nuevos puestos de trabajo (de estos, 1.200 se crearán en la base de la marca de Zuffenhausen, cerca de Stuttgart) cuando se habían pronosticado 1.000, y una inversión de más de un billón de euros.
Se trata de un proyecto ambicioso de Porsche con el que pretende plantar cara a Tesla y sus poderosas baterías, pero el el hambre de éxito no termina ahí. Porsche quiere desafiar también a Apple y Google contando con tecnología puntera para desarrollar un coches conectado, por lo que dentro de dichas contrataciones se incluyen las de 100 expertos en tecnología de la información (TI) y 50 expertos digitales.
La entidad de Sttutgart gastará en torno a un billón de euros en la llegada de este modelo, que se erige en la gran apuesta del Grupo Volkswagen para comenzar a difuminar la mala imagen que otorgó a la compañía el 'dieselgate'. Volkswagen comienza así a dar forma al plan estratégico que presentó el pasado mes de mayo con el que esperan vender tres millones de coches eléctricos hasta 2025.
Este deportivo de cuatro plazas, cuyo concept vio la luz en septiembre del año pasado en el marco del Salón de Frankfurt, contará con 600 CV de potencia y una capacidad de aceleración de de 0 a 100 kilómetros por hora en 3,5 segundos, superando así al Porsche 911. En cuanto la autonomía, se estima que se pueda circular alrededor de 500 kilómetros con una sola carga.
